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martes

LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A FILEMÓN

Si va a hacerlo, hágalo bien


LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A FILEMÓN El apóstol Pablo escribe un llamamiento personal y pastoral a Filemón, un querido compañero de trabajo, en nombre de Onésimo, el esclavo fugitivo de Filemón. Onésimo ha llegado donde Pablo está encarcelado y ha llegado a la fe en Cristo. Dado que Pablo permanece en prisión, esta carta, que acompaña al regreso de Onésimo a su maestro, ilustra la habilidad de Pablo en el cuidado pastoral desde la distancia. Pablo se basa en una retórica cuidadosa y los temas de la asociación en la fe y del amor mutuo de la comunidad cristiana para respaldar su llamado a Filemón para que haga lo correcto y reciba a Onésimo como un hermano en Cristo.


Esta carta revela la preocupación pastoral de Pablo por un individuo en particular y su confianza en que la fe y el amor que los cristianos comparten en Cristo pueden ser energizados al discernir lo que significa hacer una "buena obra" en casos particulares. Como ocurre con Filemón, la asociación de fe en la comunidad cristiana ofrece el apoyo y el aliento que permite una acción que va más allá incluso de lo que se pide o se imagina.


La carta de Pablo a Filemón es el decimoctavo libro del Nuevo Testamento. Como la más corta de las cartas de Pablo (335 palabras), se sitúa al final del "corpus paulino", que tradicionalmente ha sido ordenado no por fecha sino de la más larga a la más corta (de Romanos a Filemón).


La palabra de apertura identifica a Pablo como el autor de esta carta. Aunque agrega el nombre de Timothy como coautor, dentro del cuerpo principal de la carta su atractivo es repetidamente singular y personal (usando "yo" y "mi"). En un momento dado, hace una clara referencia a su "escribir esto con mi propia mano", ya que en realidad escribe un pagaré para cubrir cualquier pérdida que Filemón pueda haber experimentado (19).


La fecha de la carta depende de las suposiciones sobre la ubicación del encarcelamiento de Pablo en el momento de su redacción. Las fechas entre 55 E.C. y 61 E.C.son posibles. Probablemente sea mejor decir que simplemente no sabemos con certeza dónde estaba encarcelado Pablo cuando escribió esta carta.


Pablo escribe una carta pidiendo a Filemón que reciba de vuelta a Onésimo, su esclavo fugitivo, como hermano en Cristo.


Al leer Filemón, es útil tener en cuenta que está escuchando una carta que busca resolver una situación potencialmente explosiva. Pablo apela a un amo, que tiene derechos económicos y personales absolutos sobre su esclavo, para que haga la "buena acción" requerida en el amor cristiano responsable. Se trata de una situación de atención pastoral en la que Pablo pone en juego sus propios recursos personales (como apóstol, como prisionero y como amigo) y su habilidad para el argumento persuasivo. Cada palabra se elige cuidadosamente, y su atractivo está ingeniosamente construido para su impacto emocional y racional en Filemón.

AUTOR: James Boyce, profesor de Nuevo Testamento y griego


Filemón


Capítulo 1


1 Pablo, prisionero de Jesucristo, y Timoteo nuestro hermano, a Filemón, nuestro amado y colaborador,

2 y a nuestra amada Apia, y a Arquipo, nuestro compañero soldado, y a la iglesia de tu casa:

3 Gracia y paz a vosotros de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

4 Doy gracias a mi Dios, mencionándome siempre en mis oraciones,

5 Al oír el amor y la fe que tienes para con el Señor Jesús y todos los santos;

6 Para que la comunicación de tu fe sea eficaz mediante el reconocimiento de todo lo bueno que hay en ti en Cristo Jesús.

7 Porque tenemos gran gozo y consuelo en tu amor, porque las entrañas de los santos son refrescadas por ti, hermano.

8 Por tanto, aunque pueda ser muy atrevido en Cristo para disfrutar de ti lo que es conveniente,

9 Sin embargo, por amor más bien te ruego, siendo como Pablo el anciano, y ahora también preso de Jesucristo.

10 Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis cadenas:

11 Lo que en el pasado te fue inútil, pero ahora útil para ti y para mí.

12 A quien he enviado de nuevo, recíbelo tú, es decir, mis propias entrañas.

13 a quien quisiera retener conmigo, para que en tu lugar me sirviera con las ataduras del evangelio;

14 Pero sin tu mente no haría nada; para que tu beneficio no sea por necesidad, sino voluntariamente.

15 Porque quizás, por tanto, partió por un tiempo, para que lo recibieras para siempre;

16 No ahora como siervo, sino más que siervo, hermano amado, especialmente para mí, pero ¿cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor?

17 Si me tienes por socio, recíbelo como a mí mismo.

18 Si te ha hecho mal o te debe algo, ponlo en mi cuenta;

19 Yo, Pablo, lo he escrito de mi propia mano, te lo pagaré; aunque no te digo cuánto me debes a mí incluso a ti mismo.

20 Sí, hermano, déjame tener gozo de ti en el Señor; refresca mis entrañas en el Señor.

21 Confiando en tu obediencia, te escribí, sabiendo que tú también harás más de lo que digo.

22 Pero prepárame también alojamiento, porque confío en que por tus oraciones te seré dado.

23 Allí te saluda Epafras, mi compañero de prisión en Cristo Jesús;

24 Marcus, Aristarchus, Demas, Lucas, mis compañeros de trabajo.

25 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

Traducido con Google. Cortesía, Frank Wesley - Denver, USA.

lunes

La Biblia contra el Racismo

 

¿De dónde salieron las razas?

“Adán llamó a su esposa por nombre Eva, porque ella tenía que llegar a ser la madre de todo el que viviera.” (Génesis 3:20)

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declara que “todos los seres humanos pertenecen a la misma especie y tienen el mismo origen” (Declaración sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, de 1978).

Según LA BIBLIA: Dios creó a dos seres humanos, Adán y Eva, y les mandó: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla” (Génesis 1:28). Por lo tanto, Adán y Eva son los padres de la humanidad entera. Siglos después hubo un diluvio que eliminó a casi todas las personas. Solo sobrevivieron ocho: Noé, su esposa, sus tres hijos y sus nueras. La Biblia enseña que todos descendemos de los hijos de Noé (Génesis 9:18, 19).

 ¿Hay razas que sean superiores a otras? “Dios hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra”. (Hechos 17:26)

En el siglo XX aparecieron muchos grupos con ideas racistas, como los nazis, quienes aseguraban que había base científica para creer que su raza era superior. 

En cambio, el documento de la UNESCO antes citado reconoce “la unidad intrínseca de la especie humana y por consiguiente, la igualdad fundamental de todos los seres humanos y todos los pueblos”.

Hechos 10:34, 35 dice: “Dios no es parcial, sino que en toda nación, el que le teme y obra justicia le es aceptado”. Así que no hay razón para pensar que haya razas superiores a otras.

Los cristianos se rigen por estas palabras de Jesús: “Todos ustedes son hermanos” (Mateo 23:8). Cristo le pidió a su Padre que sus discípulos fueran “perfeccionados en uno”, es decir, que no hubiera divisiones ni discriminación entre ellos (Juan 17:20-23; 1 Corintios 1:10).

¿Acabará algún día el racismo?

“En la parte final de los días [...] la montaña de la casa de Dios llegará a estar firmemente establecida [...]; y a ella tendrán que afluir todas las naciones.” (Isaías 2:2)

Al ver las graves tensiones raciales, mucha gente se pregunta si realmente habremos avanzado en la lucha contra el racismo. Algunos creen que jamás la podremos ganar.

Dios no tolerará el racismo indefinidamente. Al contrario, bajo su Reino, los hombres y las mujeres “de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” le servirán unidos y demostrarán que se aman unos a otros (Revelación [Apocalipsis] 7:9).

El Reino de Dios no es algo que se lleve en el corazón; es un gobierno real que actuará en la Tierra, el lugar donde Dios quería que todos los hombres vivieran sin barreras raciales

🙏Oración para Sanar Heridas y Lograr Perdonar


La oración para sanar heridas y lograr perdonar se realiza basada en que no es factible para el ser humano vivir en un constante reconcomio, que lo haga adolecer, sentirse abrumado y por ende transmitir el virus a sus seres queridos.

Aún con pecados tan graves como el del pueblo de Israel mientras Moisés estuvo en el Monte Sinaí recibiendo de la Mano de Dios los Sagrados Diez Mandamientos, Él les otorgó el perdón.

Como es expresado en Nehemías 9:31 “Sin embargo, es tal tu compasión que no los destruiste ni abandonaste, porque eres Dios clemente y compasivo”; sí Dios quienes dueño de nuestras vidas no las quitó, menos nosotros hemos de quitar una vida ajena y mucho menos, las nuestras, acabándolas en un mar de dolores y venganzas.

Nuestros corazones han de ser altares propicios para la reconciliación, el perdón, seguir por la senda del Señor y hacer cumplir los Mandamientos tal cual es nos legó.

¿Cómo podemos sanar y qué debemos perdonar?

La sanación llega cuando nos liberamos de recelos, en especial cuando las personas demuestran la voluntad para la disculpa, la redención y no recaer. Cuando volvemos a sonreír sin estar a la defensiva, es señal de que hemos perdonado de verdad.

La fe en la oración y las acciones personales son también la forma de Dios que nos usa como instrumentos de su obra divina para brindarle ayuda al afligido, a quien odia, quienes no abandonan al pasado para afrontar el presente o quienes fueron víctimas de abusos y se estancaron en un limbo personal, alejados de Dios.

Oración de sanación y perdón a Jesús

El perdón es la vida a mi alma, el descanso a mi corazón, el despeje de mi mente, de mis actos renovación. Sí setenta veces siete, Jesús nuestros Salvador nos invitó a perdonar, yo debo cumplir su cifra, pues mi corazón es su altar.

Jesús, camino, verdad y vida, inspírame a serte fiel, para que tu luz que nos guía, me aleje del dolor cruel.

No voy a mirar atrás mi Señor tan sólo para ver las cosas malas que me dijeron, llegaron y mis pensamientos y omisiones y ahora sentirme enfermo. Quiero mirar atrás y observar qué cosas buenas hice y multiplicarlas en honor a tu gloria.

En nombre de Jesús toda sombra similar al odio sale de mí ser y a quienes pueda dar la otra mejilla de nuevo se la daré.

Así como Jesucristo sanó a los enfermos que a él llegaron con fe, yo doy mi corazón para que sea sanado del daño de las personas, de las naciones, de las omisiones.

Que ninguna cosa material me haga alejarme de las personas buenas y a quienes se aparten de la luz de Dios, nunca jamás mis palabras sean de retaliación, inquisidoras, ominosas ni burlistas.

Ilumíname ¡Oh Señor Jesús!, para que en los momentos más álgidos y ante las palabras y acciones más fuertes, la serenidad y las acciones correctas lleguen a mi alma y mis actos se correspondan con tus ejemplos, para que ningún mal pueda utilizarme y se rompan las cadenas del dolor y el falso orgullo. Así con la fe en Dios, el amor de Jesús, la paz del Espíritu Santo, me alejo del pecado de odiar y me acerco al perdón con mis hermanos y conmigo mismo, curando dolores que se hacen enseñanzas para nunca jamás recaer. Amén

Forma de realizar ésta oración

Esta oración es idónea realizarla cuando se sienta oscuridad por las fallas ajenas que te perjudican inmerecidamente o cuando veas que ello le ocurre a una persona a la que deseas ayudar. Nunca olvidar acompañarla con un Padrenuestro y un Ave María, padres de nuestro señor Jesucristo y de nosotros.

viernes

El 11:11 en La Biblia

Tanto que se habla del 11:11 como hora de pedir deseos, que en un ejercicio bíblico extraje las poseedoras de ese número de los 4 evangelios, para activar la mente sobre La Biblia o, para los más modernistas, los que han visto películas/documentales. 

Vean con atención: El 11:11 en La Biblia, El Azar y la Fe (Experimento)


Según San Juan: 11:11 Después agregó: "Nuestro amigo Lázaro duerme, pero yo voy a despertarlo".

Según San Lucas: 11:11 ¿Hay algún padre entre ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado?

Según San Marcos: 11:11 Jesús llegó a Jerusalén y fue al Templo; y después de observarlo todo, como ya era tarde, salió con los Doce hacia Betania.

Según San Mateo: 11:11 Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él. 


¿Cuál fue el motivo de este ejercicio? 


Los números y la fe se conjugan. Por ello una de las virtudes teologales es la ciencia. Nada queda al azar. Y aunque pogamos pícara fe en ello, deseando de manera metódica y con buena voluntad, son nuestras acciones las que nos dan la llamada suerte, como recompensa por el bien.

Y si pasamos por momentos difíciles, es porque la vida fácil pasa a ser aburrida y al mirar atrás, nada verás.

En cambio al mirar a los tiempos en que Jesús estuvo en La Tierra, pese a esos pequeños extractos ¿qué no evocamos al recordar y aprendemos para nuestro día a día?

Mucho, porque eso nos demuestra que el azar es algo terrenal, el destino está en el lápiz de Dios y somos nosotros quienes le damos razones para borrar y describir.

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