En este último día creado por ti, mi Señor, que también es el último día comercial, siempre me he sentido aliviado bajo su sol por ser diferente.
Permite pues Padre mío, que la
noche sea también un alivio cundo esté despierto y cuando esté durmiendo.
Que las sombras sean para apaciguar
los embates del calor y que su frío sea sano.
Toda sombra maligna sea alejada por
tu divinidad y sólo quede el plenilunio que nos permita dormir de manera
reconfortante.
Porque el trabajo, el esfuerzo, el
hacer por uno mismo y por los demás se compensa con el pan que llevamos a la
mesa, la pureza que habita en nuestras conciencias y el descanso que nos sana y
alegra.
A cada celebración que anteceda el
descanso en este día, dale protección; que el sueño del festivo, del enfermo y
del tranquilo, sea plácido, confortable y locuaz.
Pido por todos aquellos que sueñan
con un mejor mañana; porque al merecerlo y lograrlo todos, este será posible en
Tu Nombre, Señor.
Amén.
Esta
oración se hace acompañada de una sonrisa y abandonando las dudas y pesares de
su mente, cuerpo y alma.
Lcdo. Argenis Serrano
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