¡Oh, Judío Errante, protector y unidor de los amantes!, según tú entraste en el Templo de Jerusalén y apagaste la lámpara del Santísimo Altar, así yo quiero que te metas en el corazón de (…………………………) y no me le dejes comer ni dormir con tranquilidad hasta que no venga hasta mí a darme su corazón, cuerpo y alma en pro del amor.
Judío
Errante, no me le dejes ni en silla sentarse, ni en cama acostarse, ni en sitio
de pie sin tener el anhelo de mí; que por donde quiera que vaya oiga mi voz y
vea mi sombra y que según de campanazos den las campanas de la iglesia, sean
debatidos en el corazón de (…………………………).
Judío
Errante, no me le dejes vivir con nadie, que sea yo quien me le presente en sus
sueños y me le ablande el corazón solamente para mí y nunca para ninguna otra
persona. Amén
Tres
Padrenuestro y Tres Ave María.
Use el
escapulario del Ángel de la Guarda siempre que rece esta oración.