El Libertador Simón Bolívar, hombre grande que desde niño aprendemos a admirar y respetar con mucha razón. Orgullo de Venezuela, miles de veces tergiversado cuando sus palabras son tan claras. Él mismo se decía el mayor majadero de la historia.
Pero era un ser humano fuerte en cuerpo y alma, se probó a sí mismo y supo que el tiempo era el que él hacía, por ello su transitar fue cada día victorioso.
“Los seres humanos que en vida demuestran cumplir a cabalidad los preceptos de Dios, le son perdonados sus pecados, pero encomendados a ayudar y redimir por ser una figura familiar. Quedarán para la historia mientras la gente, tenga fe en Dios y en quienes él otorgue dones y bendiciones mas allá de la muerte, porque el cuerpo es un préstamo, el alma es eterna” (Martínez).
Acá reflejo al Libertador a nivel espiritista (brujos de montaña, que sólo obran con lo natural y por el bien, jamás confundir con la santería que es –lamentable y generalmente- mal utilizada):
La devoción al Libertador tiene tres aspectos diversos: En el primer lugar, todos los venezolanos veneran al gran Libertador, creador de la nación. Se celebra su fiesta natalicia y se conmemora el día de su muerte. En cada pueblo la estatua del Libertador se encuentra en el centro de la plaza principal, siempre llamada Plaza Bolívar.
Desde temprana edad, los niños y jóvenes saben de las hazañas llevadas a cabo por el gran prócer. En las escuelas ponen énfasis al estudio de la historia de la lucha para la libertad. Simón Bolívar tiene importancia para todos los venezolanos, ricos y pobres, educados o analfabetas.
En el segundo lugar, muchos venezolanos veneran al ánima milagrosa del Libertador. A menudo su estatua se encuentra en el altar del hogar. Los devotos encienden velas para el descanso eterno de su alma, pero al mismo tiempo se le reza, como a cualquier otro santo que se encuentra en el altar también.
En especial se invoca a Simón Bolívar para la solución de problemas en e hogar y en la familia. Se hacen rogaciones a su alma para progresar en la política, para lograr un rápido ascenso militar, para conseguir dinero y trabajo, para liberar presos injustamente encarcelados y para proteger cualquier misión difícil.
Se invoca también al Libertador para seguridad y orden público. Su ánima auxilia a los estudiantes y resuelve problemas amorosos de los jóvenes. También ayuda a los enfermos, a los que sufren de tuberculosis, porque él murió de esta enfermedad.
En el tercer lugar, el espíritu de Simón Bolívar fue incorporado en el panteón del culto de María Lionza. Se montan "trabajos" en su nombre para vencer a los enemigos. El "trabajo que revienta" sirve para liberar un preso. Prenden velas en su honor: color amarillo para conseguir dinero, color rojo para amores y azul para liberar un preso.
Simón Bolívar es considerado un espíritu guía de alta luz por los espiritistas. Encabeza la Corte Libertadora, donde se encuentran también los otros héroes de la Independencia: Piar, Páez, Urdaneta, Arismendi, Mariño, Brión, Miranda y el Negro Primero.
Este último juega un papel importante en el culto, porque es el mensajero de Bolívar. Cuando se manifiesta en un médium, siempre transmite un mensaje del Libertador, porque el mismo Bolívar sólo se manifiesta en un médium muy raras veces, quizás en la fecha de la fiesta nacional o en ocasiones muy importantes.
Sólo un médium muy experimentado puede soportar la tremenda fuerza del Libertador cuando baja. En tal caso es acompañado por el Negro Primero; que baja antes "para abrir el paso".
Simón Bolívar se manifiesta en tres formas distintas: en el momento de agonía, tosiendo muy fuerte; como militar guerrero serio —sobre todo en ocasión de una fiesta nacional— y en el paso por Los Andes, tiritando de frío. Los médiums transmiten la energía del Libertador a los creyentes.
Cuando se presenta su espíritu, los fieles cantan el himno nacional y mueven la bandera. No rinden culto en su tumba, porque los guardianes de honor no permiten ofrendas y velas en este lugar.
La médium entrevistada ha manifestado que [sic…] “él se ha presentado en sus sesiones, solicitando a quienes le oyen, mucha oración, cívica y aprendizaje más práctica de las leyes, tanto las del hombre como las de Dios, porque la gente se está perdiendo defendiendo su lado, viendo enemigos donde no hay y amigos a quienes no les conviene”.
Quede en ustedes la reflexión.
Fuentes: Salas de Lecuna, 1987.
Pollak – Eltz. 1989.
Sra. Berta Martínez (médium)
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