San
Miguel Arcángel, como tú eres el encargado de todos los trabajos
en el mundo entero, te envío y te imploro en esta solemne hora y día,
prendiendo yo esta vea al revés para que vires cuanta lámpara, cirio, trabajo,
envío o sortilegio venga en contra mía y de los míos y se materialice en el
cuerpo, sentidos y materia de mi enemigo inmerecido y para su mayor dolor,
vengan cosas para mí y los míos buenas y a favor.
Que sufra como sufre el pecador cuando la sombra en
su alma ve de frente a la luz; que tenga amarguras, tormentos, tropezones,
patadas y bofetadas como las que sufrió injustamente por nosotros, Jesús.
Que se vea negado de su principal y de toda la
humanidad, como negado se vio él por San
Pedro.
Que se vea en el mundo del cautiverio y de la
desolación sin amparo y sin abrigo hasta que abra su corazón al arrepentimiento
y sincera petición de perdón.
Que ese castigo sea por igual para aquellos que
dicen querer hacerle el bien a los demás y roban, matan, se burlan, omiten y
hacen sufrir a los pueblos que por ende deben verlos en vida tantos males
pagar.
Que su caída sea ejemplo y temor de aquellos que
quisieran seguir la misma senda; que el castigo para quienes lo ampararon y no
se arrepienten tenga también fuerza para que despierten o caigan en el limbo de
su propia ignominia, pero lejos de seguir dañando a los justos y arrepentidos.
Que las tres caídas que dio Jesús sean las que den
y la última la dé en la puerta de mi hogar presentándome disculpa y redención
por las faltas cometidas, siendo testigo de mi petición el influjo de los
astros y el noble firmamento. Que así
sea.
Tres credos al finalizar, luego haga su petición a
San Miguel Arcángel. Muestre siempre moral para tener méritos para esta oración
hacer y lo que requiere, pedir.
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