Robin Williams personificando a Popeye. Cantó la frase "Yo Soy El Que Soy" Personalidad sin halos de superioridad |
Gracias a @NadinesMontiel por inspirar este post
"Yo soy el que soy". Para los humanos la frase se adaptó
(claro, sin llegar a esa gran verdad) a como lo dijo Popeye el Marino. "Yo
soy lo que soy". ¿Y a quien le debe lo que es? Al creador. Sí, pensarás
que fue el dibujante, pero no, es a Dios. Porque Dios es el que otorga el
talento para crear y el destino para que se ejecute.
Entre las cosas más pequeñas y habituales, desde la
habilidad del carpintero, la flexibilidad de un contorsionista, el tejido de
una señora; hasta las más complejas como operaciones matemáticas, alta
ingeniería o la llegada al espacio, existen ese don del Espíritu Santo llamado ciencia.
Y aunque los hombres se nieguen por decirse “científicos,
ateos, pragmáticos, iconoclastas o demás” todo es un plan perfecto de Dios.
Aunque le temamos a la muerte, no la justifiquemos en las
personas buenas; no se nos cumplan los anhelos o deseos y a otros sí, todo es
por algo: El equilibrio perfecto, resumido en la palabra perfecta, el verbo
perfecto: Dios.
Popeye caricaturizó al humanismo, no a Dios. Pero sin
saberlo, su creador, Dave Fleischer llevó la bíblica frase “Yo Soy El Que Soy” al ámbito humano.
Decir “Yo Soy Lo Que
Soy” no puede ser tomado como autosuficiencia, superioridad (falsa) o
pedantería. Usted y yo somos fruto de lo que hacemos bajo el amparo de Dios,
que escribe con renglones justos, aunque nos duelan a veces, nuestras vidas,
uniéndolas en un halo de perfección para con toda la creación.
Es el yoísmo el que puede perturbar el contenido de ambas
frases, la real dicha por Dios a Moisés en el Monte Sinaí y la dicha por una
caricatura que trata sobre un hombre que ama, lucha y se alimenta sanamente
para vivir una vida tranquila, animosa y no convencional.
Una caricatura, sí. Pero aleccionadora cuando se llega a
entender que esa frase no salió de la nada, fue inspiración y permiso celestial
para demostrarle a los humanos de que son lo que son por su propio esfuerzo,
ganándose su personalidad y huella indeleble en la vida, bajo el manto sagrado
del libro vivo –La Biblia- y el libro etéreo, que Dios escribe y signa en
nuestro ser.
¿Qué opina al respecto?
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