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jueves

Motivación Cristiana en Tiempos Duros

 Motivación Cristiana en Tiempos Duros

Los actuales momentos, tan duros, debe hacernos reflexionar sobre el punto en el que nos hallamos como personas. Son muchas personas las que necesitan de nuestro apoyo, a la vez que es muy posible que el último año haya hecho mella en todos nosotros, los que deseamos que esta situación de pandemia finalice por el bien de todos.


Como decimos, son momentos complicados en los que, viendo que este momento parece no tener fin, nos desesperamos. Muchos nos han dejado por el camino, víctimas de esta enfermedad. Otros, están viviendo todo esto en soledad, con la necesidad de un abrazo o unas palabras de ánimo, muy complicadas por las limitaciones sociales establecidas para el bien de todos y evitar contagios.


Todo esto pasará

No debemos venirnos abajo. Todo esto pasará y lo único que podemos hacer es cumplir con lo que nos piden las administraciones y lanzar bendiciones a Dios para que nos ayude a resistir en estos malos momentos. Porque llegará ese día. Llegará el día en que podremos volver a abrazar a todos los que amamos, a besar a nuestros pequeños y a volver a caminar por la vida con toda la libertad del mundo y debemos tener fe en ello.


Para los que crean que esto no va a llegar nunca y empiezan a venirse abajo, es recomendable encontrar esas frases de motivación cristianas que nos darán toda la fuerza del mundo. Y también tenemos que pensar cómo podemos ayudar a los que sufren estos momentos como nosotros.


Un apoyo necesario

Basta con desear a quien necesita este apoyo moral con bellas palabras. Un buenos días, Dios te bendiga” es una frase cargada de simbolismo para todos los cristianos y una muestra de apoyo incondicional para esas personas que lo están pasando tan mal en estos duros momentos.


Porque, aunque las cosas ahora son complicadas, debemos pensar en todo lo bueno que nos rodea. Nuestro esposo o esposa, nuestros hijos y el gozar de buena salud todos, viendo como este virus no ha llamado a nuestras puertas. Porque toda persona debe ser agradecida con Dios. Y ello es posible si pensamos en todo lo bueno que tenemos y, para lo malo, saber que puede tratarse de una lección de vida para ser mejores personas.


Orar o motivarse con todos estos contenidos puede ayudarnos, y mucho, en estos malos momentos, pero también en aquellos en los que la vida nos sonríe.


Motivación Cristiana en Tiempos Duros


lunes

Dios NO Existe

Podrán renegar y negar, discutir y argumentar, ofenderse e indignarse, pero ésta es una gran verdad, Dios NO Existe y las pruebas las ha vivido la humanidad históricamente y obvio se acrecienta porque éste es nuestro tiempo de vida.

He aquí los principios de mi sentencia, aseveraciones ineludibles por quienes creen o no.

Dios NO Existe para atacar a enemigos imaginarios y desarmados, justificándose en su sagrado nombre, sea en el idioma que sea.

Dios NO Existe para que en su nombre se jure ayudar al prójimo y terminen ayudándose a sí mismos.

Dios NO Existe en el corazón de quien jura amor sólo para el placer y huye al deber, mucho menos puede vivir en quien se equivoca y no se arrepiente y busca remediar no por favores, sino por buscar la paz que se elabora en la Tierra y se juzga en el cielo.

Dios NO Existe en quien olvida a una amistad o a un familiar por meros intereses frugales. Tampoco en quien descuida a un animal, planta o algún hecho material que fue ganado con el honesto sudor de su frente.

Dios NO Existe en quien olvida a su niño interior, sus raíces, en quien no ve en lo pequeño a las grandes cosas de la vida. En quien menosprecia a quien Dios mismo dotó del talento para remediar, curar, innovar y divertir; tampoco existe en quien usa su talento para dañar.

Dios NO Existe en quien no tiende su mano amiga, no ofrece su sonrisa sincera, repudia el compartir momentos y cosas por apegos materialistas o discriminación impune ante un enemigo que no, no existe.

Dios NO Existe en quien incumple sus Mandamientos o en quien los exagera. En quien no sabe balancearse entre lo que asusta y enternece. En quien se escuda en Él para evitar lo que siente o más aún, para evitar sentir.

Dios NO Existe en la soberbia, la frivolidad, la muerte psíquica y sentimental que buscan algunos para demostrar hipótesis de superioridad.

Dios NO Existe en la mente de quienes juegan a ser Dios, mucho menos en sus corazones y por ende, en sus acciones.

Dios NO Existe en quien pide banalidades o solicita cosas que romperían el orden del mundo, nada más por esa esencia anárquica que el ser humano llega a destilar consciente o inconscientemente.

Dios NO Existe en quien se enfrasca en olvidar lo bueno de su pasado por sólo adorarle cuando el susto, miedos o arrepentimientos le empujaron, pues olvidan que todo el bien, desde un gracias hasta sostener una puerta a quien requiere asistencia, es un don y un bien que se tiene y otorga.

Dios NO Existe  en quienes escriben su nombre sagrado en minúsculas por indiferencia –más que por desconocimiento-; en quien dice un Padrenuestro y no lo interpreta paso a paso, en quien dice un salmo y olvida que en él hay cantares de historias para repetir o no.

Dios NO Existe en quien usa el dinero para destruir en vez de construir. En quien le busca sólo para el azar o el placer. En quien no sabe que cualquier método no dañino para recabar fondos para ayudarse es válido mientras se haga bien.

Dios no existe


Dios NO Existe en quien lanza la primera piedra y no escucha el argumento contrario. En quien niega de su sangre, cuerpo, alma y corazón para ayudar a su propia gente nada más por meditaciones superfluas y erróneas que interrumpen la ayuda que Dios nos otorga en la construcción del conocimiento, el talento y el buen actuar.

Dios NO Existe en quien no cree que toda ciencia, arte, religión actividad, logro, está Él construyendo lo que frugalmente llamamos la evolución de las especies.

Dios NO Existe en quien se hace huraño, que se defiende de quien No le está atacando sino queriendo, que no presenta disculpas, que blasfema, miente, engaña y malpone a quien le tendió la mano, le dio su corazón, le compartió su sensatez y sensibilidad.

Dios NO Existe en quien teme equivocarse para aprender; en quien exagera la vida laboral y quiere ganar más que el pan, sino todo lo que no podría jamás comer.

Dios NO Existe en quien olvida que el amor y la compañía está cerca, si no es de pareja, pues en su propia sangre, esa que también es amor.

Dios NO Existe en quienes se sienten supra poderosos, supra sabios, supra necesarios.

Dios NO Existe  en quienes no usan el amplio criterio que Él mismo otorga con el Libre Albedrío; que creen que Dios resolverá todo con magia y los meros deseos, olvidando que somos un cruce de historias en el mundo y debemos poner aplomo en nuestras decisiones para que éstas no afecten ni nos afecten.

Dios NO Existe para que le pidas el mal, sino para que se haga su plena voluntad. Él sabe, Él dicta, Él TE AMA.

Dios NO Existe para quienes creen que las enfermedades, pandemias, desastres naturales, accidentes o ataques por parte de otros seres humanos o animales les hacen perder la Fe, sea a ellos o a los suyos o a quienes se enteren. Y es que esa gente olvidó que todo tiene un motivo más allá de la vida pasajera que tenemos, la vida eterna y perdurable es la que Él nos da a existir.

Dios NO Existe para quien se cree inmune por siempre hacer el bien. Porque aunque nos duela en la gran soberbia que poseemos, arrieros somos y en el caminos andamos.

Dios NO Existe si le niegan con actos y palabras de corazón.

Dios NO Existe si niegas que la creación sea de y por Él. Si le niegas un gracias y una gracia, una conversa de Padre a hijo, de amigo a amigo, de compañero a compañero.

Dios NO Existe en las condiciones preferenciales de los humanos.

Dios NO Existe para quienes voltean la mirada al clamor de su obra.

Dios NO Existe en quienes no comprenden que la felicidad es un camino lleno de momentos no solamente propios, sino en conjunto.

Dios SI Existe en el Amor, la Fe, la Razón, la Equidad, la Pasión, el no Daño a Terceros ni a Sí Mismo. En este pequeño renglón se unen todos los renglones del mundo, porque todo lo bueno es GRACIAS A DIOS.

Argenis Serrano - @Romantistech

sábado

Shiva, el destructor

La tradición espiritual hindú, como muchas otras, ofrece historias y figuras míticas para que tengamos una noción de su filosofía trascendente. Shiva, el destructor.

Así, Shiva forma parte de la trinidad suprema de la mitología hindú, que representa el Absoluto inmanifiesto, y que encabezan también Brahma, el creador, y Vishnu, el preservador. 

Su carácter complejo es el más difícil de describir de los tres, pues es a la vez compasivo y temible. Algunos aseveran que Shiva es una manifestación de la Totalidad—Brahman, que debe ser diferenciado del dios Brahma—y que él y Vishnu son el mismo. 

Importancia de Shiva

Sin embargo, es importante recordar que la destrucción es esencial para la purificación y el crecimiento espiritual. Este aspecto despiadado de Shiva puede estar relacionado, quizás, con el temor al cambio y a la muerte que es tan común en los seres humanos. 

Shiva es el dios de la destrucción, que acaba con lo que existe para que pueda surgir lo nuevo y la vida se transforme y renueve. Por este motivo, es más preciso definirlo como el dios que regenera el universo.

En el camino espiritual es necesaria la destrucción de la negatividad, de los malos hábitos y de la ignorancia, además de dejar atrás el pasado para crecer y evolucionar. No es gratuito que Shiva sea conocido también como "el más grande yogui" y el dios del yoga. 

Según esta tradición, la creación y la destrucción son ciclos continuos. 

La muerte permite la continuidad de la vida, abriendo nuevas posibilidades de mejoramiento del ser. 

Este sistema de pensamiento está basado en la ley del karma y en el ciclo de vida y muerte (samsara). 

La reencarnación del espíritu permite regresar en un cuerpo físico a la tierra para seguir aprendiendo y evolucionando antes de alcanzar la liberación. 

La muerte, por lo tanto, se percibe dentro de esta filosofía tan natural como el nacimiento. 

El sonido primordial del mantra OM o AUM, representa a Shiva como el Omnipresente, con todas las cualidades del Absoluto. 

Esto sugiere que los tres aspectos del universo son en realidad uno solo. Shiva es conocido como Omkar, el creador del sonido que da origen al mundo.

shiva el destructor
Diferentes nombres de Shiva

Shiva quiere decir en sánscrito “bueno”, “bienaventurado” o “favorable” y se cree que trae estas cualidades a sus devotos.

Además, la destrucción es en realidad creación, pues es un acto que regenera la vida. 

El aspecto destructivo de Shiva tiene una dimensión bondadosa, por ser una manifestación comprensible y definible para el ser humano (Ishwara) del Absoluto. 

Esta tradición cree que el la conciencia universal es esencialmente compasiva y bondadosa, aunque la naturaleza efímera y perecedera de la vida pertenezca también a su lógica.

Este gran dios hindú se conoce también con otros nombres que nos revelan las diferentes características que le son atribuidas y las asociaciones que tiene en la tradición hindú y yóguica. 

Por ejemplo, Yogiraja (dios del yoga), Nataraja (dios de la danza), Bhuteshwar (dios de los espíritus), Viswarupa (de forma universal), Pashupati (dios de todas las criaturas), Maheshwara (gran señor), Mahadeva (el dios más poderoso), Shankara (hacedor del bien), Gangadhara (el que contempla el río Ganges), Dhurjati (que adquiere la forma del humo).

Shiva es también Nataraj, dios de la danza, que lleva a cabo su danza Tandav en momentos de ira y que destruye el mundo entero, pero que contiene un simbolismo grande en torno a la regeneración de la vida y a la destrucción de la oscuridad. 

La danza armoniosa con Parvati—o Shakti, la energía femenina del mundo manifiesto—los une en un solo cuerpo, y hace que el ser humano tenga un lado femenino y otro masculino, como explica esta tradición.

El tercer ojo en la mitad de su ceño tiene el poder de incinerar. 

Esta parte furiosa del dios se conoce como “rudra”, que quiere decir "aliviar las penas", lo cual sugiere a que la muerte es la máxima liberación del sufrimiento de la vida. 

Rudra es también el nombre por el que se conoce al pequeño ser que fue creado de la frente de Brahma, como veremos más adelante.

shiva el destructor
Shiva en la mitología

Shiva tiene cuatro manos. Lleva un tridente en la mano izquierda superior (el trishul), un tambor en la mano superior derecha, un recipiente de madera, y su mano inferior derecha da una señal de bendición. 

Su cuello es azul por haber bebido el veneno que salió del océano cuando fue agitado en el momento de la creación.

Es el dios y protector de los animales y es quien los controla y los doma. 

En su indumentaria esto se representa a través de la piel de tigre y de las serpientes que lo acompañan. 

Algunas representaciones de este dios lo acercan morfológicamente a un animal.

Tiene también un collar donde cuelgan calaveras y otro de rudraksha, el collar de semillas para meditación, cuyo nombre en sánscrito es “las lágrimas de Rudra”. 

Su cuerpo está cubierto de cenizas. Su pelo cae sobre su pecho, pero parte de él está atado en la coronilla de su cabeza, donde hay una luna. 

Se dice que la luna aceptó la cabeza de Shiva como su morada cuando salió del océano. Ganges, el río sagrado, cae sobre él para luego bañar la tierra. 

Vive en la cúspide de la montaña Kailash en los Himalayas y viaja en su toro blanco, llamado Nandi.

Shiva se describe como un dios supremamente ingenuo y compasivo. Cuando está en su forma bondadosa, es de gran ayuda para los devotos. 

Se dice que Shiva no distingue entre las personas que actúan bien y aquellas que actúan mal, y que ayuda a todos por igual mientras sigan el camino de bhakti (devoción), por lo cual tiene entre sus devotos criminales y seres inferiores. 

La mitología lo describe recorriendo el mundo en su toro, Nandi. 

Se dice que viaja acompañado de Parvati, su diosa consorte, y que cumple las peticiones si el devoto lo tiene en su corazón en el momento en que los dioses pasan cerca de ella o de él.

Algunas tradiciones sostiene que Shiva es swayambhu, o que se dio origen a sí mismo, aunque existen algunas leyendas sobre su nacimiento. 

De acuerdo con el Harivamsa—texto de la literatura sánscrita que se centra esencialmente en historias sobre el dios Krishna y se cree es un complemento del Mahabharata—, Shiva y Vishnu son el mismo. 

Son aquella fuerza divina que representa la eternidad y que la enriquece destruyendo lo espiritualmente muerto y las fuerzas negativas. 

Según los Puranas (textos sagrados de la tradición india que forman parte de los Vedas), el dios Brahmasurgió del ombligo de Vishnu. 

Cuando demonios amenazaban con matar a Brahma, del ceño de Vishnu nació Shiva para protegerlo. 

Por otra parte, se dice que Shiva apareció en el regazo de Brahma, cuando meditaba para pedir un hijo y fue llamado rudra, que viene de la palabra sánscrita rud, o llanto. 

Hay otra explicación mitológica que afirma que Rudra nació de la frente de Brahma cuando estaba muy enojado con los cuatro rishis (sabios o santos) por no venir a popular el mundo. 

Este es el único dios de la trinidad que tiene hijos propios: Ganesha, Kartik y Hanuman.

Se dice que Ganesha, el dios con cabeza de elefante, nació del polvo y el sudor de la diosa Parvati en ausencia de Shiva, y que éste cortó su cabeza cuando el pequeño quiso impedirle la entrada al lugar donde estaba la diosa, dándose un baño. 

Kartik es hijo de la semilla de Shiva y de seis madres más, por lo cual tiene seis rostros. El dios mono, Hanuman, también es hijo de Shiva, pero nacido de Anjani.

En el Ramayana aparece el nombre de Shiva como una referencia muy importante de adoración. 

Después de que el héroe mítico Rama dió muerte a Ravana, el rey de Lanka, quien había secuestrado a su esposa Sita, Rama construyó un shivalinga—símbolo de devoción a Shiva, que describiremos más adelante—en Rameshwaram, a orillas del océano índico. 

shiva el destructor

Shiva y Shakti, energías complementarias 

La diosa consorte de Shiva es Uma, también conocida como Parvati, hija de Himavat, rey de los Himalayas. 

Shiva y Parvati representan las dos energías opuestas que se unen para dar forma a la creación: la conciencia (purusha) que se une con la naturaleza (prakriti) para hacer manifiesto el mundo material. 

Shakti es la energía creativa que forma parte del ser cósmico y que permite la renovación constante, la transformación y la regeneración. 

Shiva y Shakti son fuerzas complementarias, pero son una sola porque pertenecen a dos aspectos del Ser Universal.

Este es el principio sobre el que se basa el Shiva Linga, o Limgam, que es el símbolo que alude a Shiva. 

En este símbolo, además, Shiva se presenta como uno y el mismo con el Creador, el símbolo de lo inmanifiesto y Absoluto, que no tiene forma y que contiene el poder creativo y la verdad trascendente. 

Shiva sería otro símbolo de Atman, la naturaleza luminosa y eterna que está en nosotros.

Shiva se evoca a través del linga, una especie de símbolo fálico, de cualidades masculinas, que yace en un yoni—que significa asiento, vientre o vagina—y que simboliza el sexo femenino. 

El shiva linga siempre va acompañado de su contraparte femenina. Juntos representan el "huevo cósmico", el potencial regenerativo y que da origen a la creación. 

Los seguidores de Shiva afirman incluso que el shiva linga es la manifestación de los cinco elementos: tierra, agua, aire, fuego y éter. 

El Lingam es el símbolo de la unión entre prakriti y purusha, Shakti y Shiva: la naturaleza y la conciencia. 

Además de esto, la palabra linga es interpretada como "verdad" y "conocimiento". También como "signo" o "emblema". 

Es decir, el símbolo por excelencia del gran dios Shiva: una figura mítica muy poderosa y compleja que lleva en su esencia los opuestos que conforman y equilibran el universo (femenino/masculino, creación/ destrucción). 

Fuentes:

Bahadur, Om Lata. The Gods of the Hindus. UBS Publisher´s Distributors, Delhi, 2002.

Banerji, Shyam. Hindu Gods and Temples. I.K. International Pvt. Ltd.

Hemenway, Priya. Hindu Gods. Chronicle Books, San Francisco, 2003.

Smith, Daniel. Handbook of Hindu Gods, Goddesses and Saints. Sundeep Pakrashan, Delhi, 1997. 

 


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