domingo

Venga a Nosotros Tu Reino

Basta que veamos en Libros, Televisión, Prensa, Internet y mucho mejor, en presencia propia, las maravillas de la naturaleza, para que deseemos que nuestra vida socio-urbana colinde perfectamente con ella. Es como decirle a Dios, “Venga a Nosotros Tu Reino” y cree por fin ese Paraíso Terrenal prometido. 

Porque por mucho que haga la mano del hombre, la naturaleza siempre le superará en armonía, belleza, perfección, utilidad, significado. 

Nada más vean al Salto Ángel, el Cenote azul, el Gran Cañón, el Monte Everest, los hermosos mares, majestuosos ríos, desiertos imponentes, bosques de todo tipo. Y se maravillarán. 

Decir “venga a nosotros tu reino”, es saber valorar tales bondades, de donde surgen los alimentos, las plantas medicinales, la madera, el oxígeno, la sombra, la luz, la paz, en fin, todo aquello que el hombre sintetiza con ciencia y maquinarias, la naturaleza se lo provee y Dios brinda la sabiduría y el permiso para que logren ello.

venga a nosotros tu reino

 

Venga a nosotros tu reino

Pedimos a Dios que venga a nosotros y no queremos ver que Él ya está aquí. En cada legado natural, cada provisión para nuestra existencia, en cualquier forma en que consumamos agua. Ya su reino está entre nosotros. 

No es capricho que se llame “Reino Animal, Reino Vegetal y Reino Mineral”; porque Dios es quien coloca y quita reyes. Y estos tres reinos no son rebeldes y anárquicos como el humano, que es hasta ahora, el verdadero reino perdido.

 

El reino de Dios

Cuando decimos en la oración que Jesucristo nos enseñó “venga a nosotros tu reino”, reconocemos que Él ya está aquí. Sólo que queremos que aparezca en toda su magnificencia física y poder postrarnos ante Él. 

Ya lo podemos hacer, aunque no lo crean. Protegiendo y cuidando los bosques, conservando el agua, purificando el ambiente, incluso con nuestro aseo personal, porque nosotros, somos su obra. 

Somos el reino que debería gobernar al mundo en su nombre, pero no lo hacemos. De allí que los grupos de poder demoniaco hagan de las suyas y dominen tanto un área geográfica como un sector económico o tecnológico y hagan del mundo su voluntad. 

Nos apartamos del reino de Dios creyendo que su presencia no se materializa o cuando perdemos la fe ante las vicisitudes expresas en el libro de la vida. 

Si enfocáramos bien que al decir “venga a nosotros tu reino”, no le estamos pidiendo que se materialice, sino que entre en nosotros el conocimiento y realidad de que su reino puede habitar en nuestros corazones y ser parte de nuestras acciones, mucho mejor nos iría en la vida. 

Esto, amigas y amigos, quiere decir que no aprovechamos a los recursos naturales para vivir en armonía y respecto con ellos; no aprovechamos los pequeños instantes de la vida para fortalecer nuestra fe y mejorar tanto nuestra actitud como nuestra aptitud. 

Tantas maravillas no salieron de la nada. Tienen la historia de Dios en su proceso y se han hecho parte de la humanidad. Esa humanidad que sí comprendió (de manera tácita quizá), que convivir con la naturaleza es honrar la obra del Señor. 

Si nos preguntamos ¿Qué hará Dios con la humanidad?, quizá podríamos responder: Esperar a que la misma entienda que quien valora lo que tiene en frente, las pequeñas cosas y las majestuosas, sabe apreciar mejor la vida y sabe vivir para sí mismo y para con los demás, incluso por encima de lo material, sin menospreciarlo, porque de una u otra forma, se desarrolló gracias a que Dios así lo permitió, brindando los elementos necesarios en la naturaleza y la sabiduría y mesura para usarlos. 

Venga a nosotros tu reino es, pues, pedir que ese reino habite en nuestras convicciones, autoestima y crecimiento espiritual. 

Lcdo. Argenis Serrano

sábado

El Diezmo: ¿Cómo y a quién debería darse?


Hace poco nos fue referida una muy mala experiencia de una persona que, siendo cristiana libre, fue conminada por los líderes de la congregación a la cual asiste y que atañe al diezmo, pero con manipulación.

Resultó que la señora se iba a mudar con su hija y al ser viuda, decidió vender la casa. Pronto obtuvo una oferta y la aceptó. Al cobrar el dinero, el Pastor, su esposa y asistentes, la llamaron a capítulo, que ellos ya sabían en cuanto fue la venta y que el cálculo del diezmo era tanto a la tasa actual del mercado, que si ella vendió en menos, era su asunto.

Además, esa casa ya estaba paga desde años atrás, incluso de cuando ella comenzara a asistir a esa congregación, ¿Cómo iba a dar el diezmo de esa venta?, ¡Es como pagar doble tributación!

Es como sí, cuando una empresa dedicada a la subasta de propiedades en los afamados remates bancarios, terminara dándole al fisco una tributación del 10% de esa venta, no por el precio económico en que la subastó, sino del precio actual en el mercado.

La señora se sintió agobiada, decepcionada y su hija le solicitó que no les diera nada, ya que era coacción y además, una intromisión a su vida personal. El Pastor, furibundo, la expulsó de su “iglesia”.

el diezmo

 

¿Qué se entiende como el diezmo?

Para la religión, es la décima parte de lo que ganas con el sudor de tu esfuerzo y que otorgas al Señor. Ello siempre se ha estimado en dinero, pero también debería ser en caridad (productos), acción social y esfuerzo físico a por la Iglesia y por los demás, sin que exista coacción.

La Iglesia Católica realmente no lo acostumbra (aún se pasa el platillo de las limosnas), aunque sí hacen cobros por servicios (intenciones, oficiar misas fuera del templo, extremaunción, funerales, certificados, etc.).

Las iglesias cristiano evangélicas, de Testigos de Jehová, mormones e incluso las sectas metafísicas y de Gnosis también la acostumbran, ya que ello –por norma- se destina al cuidado y equipamiento de su grey y manutención de la estructura donde se congregan.

Muchas se tecnifican, amueblan, acondicionan y adquieren instrumentos, vehículos y demás con el diezmo. ¿Está mal?, no si es dado voluntariamente por sus congregantes. Pero al existir coacción y ver cómo sus jerarcas y grupos cercanos van mejorando su vida de la noche a la mañana, es hora de ir midiendo en el cómo se colabora.

Y si por la cantidad de dinero que das (menor), baja la atención y apoyo espiritual y/o social, sepa que está en el lugar equivocado y con personas que no practican lo que predican.

 

¿Cómo y a quién debería darse el diezmo?

No es depositándolo en sobres en base a su salario mínimo o salario estimado o registrado que debe llenar con sus datos, la manera de dar el diezmo. Mucho menos debería ser el receptor del mismo nada más el pastor, cura, líder, presidente, etc., cómo se le llame.

El diezmo es una ofrenda al Señor. Y para honrarle ya no se queman animales en sacrificio ni sándalo o mirra. Su obra, son las personas.

¿Por qué no darle esa ayuda a un amigo que está sin empleo o está enfermo?; quizá a un vecino necesitado e incluso, a cualquier persona en situación de calle. 

Ayudar a un estudiante con un pasaje, un cuaderno, algo para que coma o para que se ayude en el pago de su mensualidad.

Darle la mano a alguien en su emprendimiento, tan sólo solicitándole que se lo devuelva, no pagándole, sino haciéndole igual o mayor bien a otra persona, tal cual lo recibió con el diezmo que le aportó.

El diezmo también se otorga barriendo el frente de tu casa y de tu vecino. Ayudando a alguien a cruzar la calle, dando una dirección, siendo amable, empático, educada.

Regalándole a alguien un desayuno o un pañuelo para que se seque el sudor del día a día.

En fin, el diezmo está para darle al Señor parte de tu esfuerzo, sea en forma material como lo es el dinero y sus efectos positivos, como en los beneficiosos efectos de ser comedido con los demás, sin esperar nada más a cambio que el ser útil.

Ninguna iglesia te puede condenar, execrar u obligar a dar el diezmo para recibir las bondades de Dios. Al Señor no se le compra con dinero y menos a través de otros. Se le colabora con acciones reales o al menos haciendo que el esfuerzo hecho divisas, llegue a manos de quienes le darán un uso debido y se sentirán agradecidos y bendecidos.

No existen intermediarios entre tú y Dios, mucho menos con algo tan banal como lo es el dinero. El diezmo es un aporte del 10% que le damos a Dios en retribución a sus bondades, ¡Y Él no nos da un salario (nos lo permite ganar con el sudor de nuestra frente), así que retribuirle con dinero no es la forma de llegarle!

Evita que se aprovechen de tus ganancias para hacerse más vistosos o mantenerse. E igual pregunta, ¿Qué hacen ellos con el diezmo que dan, por el ser humano en general?, ¿Por qué sólo lo limitan a sus seguidores?, ¿A quiénes le pagan ellos el 10% de lo que ganan?

¡Por qué hay pastores que tienen unos lujos que son evidentemente de algún dinero!

Si ellos te fiscalizan, ponte firme, Dios no te va a castigar por no darle el diezmo a tu congregación y mecho menos, sí se lo das a quien sea que lo necesite en realidad.

Lamentablemente el mundo está lleno de personas necesitadas. Pero, afortunadamente, hay personas que pueden colaborar con ellas con el diezmo que no le dan a la iglesia a cambio de indulgencias, sino al necesitado para que cubra y subsane sus urgencias y demás carencias.

 

Adicional

Toda obra social, cultural e incluso rifas a favor de una iglesia, es más que loable y una buena manera de mantenerla en pie como estructura y logística.

Pero será el valor de las personas y su asistencia la que les dará vida con el esfuerzo que puedan brindar.

Además, cuando des, recuerda que NO SE DA DE LO QUE NOS SOBRA, SINO DE LO QUE SE TIENE.

Lcdo. Argenis Serrano 

viernes

Oración al Justo Juez Para Alejar Enemigos

Divino y Justo Juez de vivos y muertos, eterno sol de justicia, encarnado en el casto vientre de la Virgen María por la salud del linaje humano.

Justo Juez, creador del cielo y de la tierra y muerto en la cruz por mi amor.

 Tú, que fuiste envuelto en un sudario y puesto en un sepulcro del que al tercer día resucitaste vencedor de la muerte y del infierno.

Justo y Divino Juez, oye mis súplicas, atiende a mis ruegos, escucha mis peticiones y dales favorable despacho.

Tu voz imperiosa serenaba las tempestades, sanaba a los enfermos y resucitaba a los muertos como Lázaro y al hijo de la viuda de Naim.

El imperio de tu voz ponía en fuga a los demonios, haciéndoles salir de los cuerpos de los poseídos, y dio vista a los ciegos, habla a los mudos, oído a los sordos y perdón a los pecadores, como a la Magdalena y al paralítico de la piscina.

Tú te hiciste invisible a tus enemigos, a tu voz retrocedieron cayendo por tierra en el huerto los que fueron a aprisionarte y cuando expirabas en la Cruz, a tu poderoso acento se estremecieron los orbes.

Tú abriste las cárceles a Pedro y le sacaste de ellas sin ser visto por la guardia de Herodes.
Tú salvaste a Dimas y perdonaste a la adúltera.

Te suplico, Justo Juez, me libres de todos mis enemigos, visibles e invisibles: la Sábana Santa en que fuiste envuelto me cubra, tu sagrada sombra me esconda, el velo que cubrió tus ojos ciegue a los que me persiguen y a los que me deseen mal, ojos tengan y no me alcancen, manos tengan y no me tienten, oídos tengan y no me oigan, lengua tengan y no me acusen y sus labios enmudezcan en los tribunales cuando intenten perjudicarme.

¡Oh, Jesucristo Justo y Divino Juez!, favoréceme en toda clase de angustias y aflicciones, trances y compromisos y haz que al invocarte y aclamar al imperio de tu poderosa y santa voz llamándote en mi auxilio, las prisiones se abran, las cadenas y los lazos se rompan, los grillos y las rejas se quiebren, los cuchillos se doblen y toda arma que sea en mi contra se embote e inutilice.

Ni los caballos me alcancen, ni los espías me miren, ni me encuentren. Tu sangre me bañe, tu manto me cubra, tu mano me bendiga, tu poder me oculte, tu cruz me defienda y sea mi escudo en la vida y a la hora de mi muerte.

¡Oh, Justo Juez, Hijo del Eterno Padre, que con Él y con el Espíritu Santo eres un solo Dios verdadero!

¡Oh Verbo Divino hecho hombre!

Yo te suplico me cubras con el manto de la Santísima Trinidad para que libre de todos los peligros y glorifiquen tu Santo Nombre.

Amén.

justo juez

 

El dios de la destrucción (Señor Bills)



Leíamos con detenimiento el compartir, la emoción y la diversión desatada por Free Fire que se vive en https://invitarviejosamigos.com/ y recordamos una vieja conversa sobre cómo se han ido utilizando los mitos y la fantasía para decir algunas verdades. Fue en un episodio de Dragon Ball Super con el personaje del dios de la destrucción, el Señor Bills (Lord Beerus o Beerus Sama).

Seguramente usted no podría asociar una cosa con la otra. Son detonantes actitudinales en los cuales uno debe estar. Porque que un héroe de ficción o una batalla de ficción emociones, debería ser canalizado para que exista el disfrute, se amolde una actitud y no se salga de la realidad.

Millones de niños, adolescentes y adultos por generaciones han tenido héroes de ficción a los cuales querer emular. Y ahora, con los videojuegos on line se expande esa emoción porque le hacen interactivos.

Para nada está mal, sólo hay que saber canalizarlo. Y el dios de la destrucción me parece que es el mejor ejemplo.

dios de la destrucción


Sobre el dios de la destrucción, el Señor Bills

Definitivamente es el mejor y más impactante antagonista de la franquicia de Dragon Ball. Representa a un dios egipcio, una forma de los creadores japoneses de internacionalizar a sus productos animados.

Es ególatra, beligerante, desenfadado. Nada le parece un reto porque es un dios. Puede derrotar a todos los seres vivientes gracias a su rango, aunque el luchar con otros dioses le ha traído males, así como podría acabar con el universo.

Creo que en su frase, “antes de la creación, viene la destrucción”, lo resume todo en la humanidad. El dios de la destrucción aclara que para que algo bueno surja, primero hay que destruir lo anterior.

Y no nos referimos a acabar con la historia, ni siquiera con los patrones sociales que han sido efectivos y existen para el beneficio de todos, aunque a los detractores les moleste.

Nos referimos a destruir todo aquello que envanece y socava a nuestra propia humanidad: El orgullo, el temor a hacer algo bueno o justo, la desidia, la corrupción, la anarquía, el desconsuelo, la indiferencia, en fin, destruir al “pobre de mí”, que tanto evita que  surja una mejor persona.

Otro elemento que deberíamos destruir, es aquel de que el éxito se mide en cosas y likes en redes sociales. El éxito es el placer de lograr una meta y seguir con otras, como un ciclo sin fin. Esa es la creación.

Esta creación de Akira Toriyama, lo tiene todo. Es el dios de la destrucción porque se encarga de eliminar todo aquello que dañe a la obra del creador (Zen o Sama). Claramente, de manera radical y fantasiosa como cualquier obra artística.


Pero el mensaje es válido

Como dijimos, hay que aprender sobre lo que se ve para canalizarlo. Ello requiere de aprender a leer entre líneas. Eso implica sentarnos como adultos amantes de la ficción a analizar lo que estamos viendo y llevarlo a una forma de mejorar nuestra vida.

Por igual, con niños y adolescentes hay que sentarse a analizar lo que se ve. Notar qué le resulta más placentero sobre el dios de la destrucción, si acaso es que acabe con los demás o que dé paso a que nuevas y mejores cosas lleguen.

Un mensaje difícil de entender en principio, pero para el cual debemos estar preparados social y anímicamente. Incluso hasta el humano más empírico, sabe que de la ficción se saca solamente lo factible para la vida y lo demás, se disfruta y utiliza de estímulo para su creatividad.

Bills, el dios de la destrucción es un ejemplo de saber perdonar, incluso en la más profunda molestia ante los desmanes de otros; que confundan libertad con libertinaje y crean que la buena educación es un algo en desuso.

Si entendemos que portarnos bien es una forma de destruir los cánones dañinos que nos rodean e incluso, emanamos, sería mucho más y mejor lo que podríamos crear en pro de los demás como con nosotros mismos.

Pero quizás es un mensaje que el dios de la destrucción o su ángel guardián, el señor Whiss, aún no han sabido enseñarle al mundo. Espero que quienes este artículo lean, lo hagan con este anime y con cualquier otro.

Es hora de sacar lo mejor de todo, en vez de sólo quedarnos en criticarlo o buscar reprimendas celestiales (hacer un Hakai) como si fuésemos un tribunal disciplinario o inquisición.

Incluso, en aquella enfermiza manía de los hombres de querer jugara a ser dioses, algo que sólo funciona en la ficción, porque Dios solo hay uno.

Lcdo. Argenis Serrano 

sábado

El Mar en La Biblia


En Venezuela, existe para el día Domingo de Resurrección, una tradición en el oriente y centro del país, hacia sus áreas costeras: La bendición del Mar. Es un acto simbólico, ya que el mar es una bendición de por sí, pero refuerza la fe, la calma y las ansias de miles de feligreses que en él, encuentran quietud, bienestar y sanación.

Porque no es un mito, el mar es capaz de llevarse muchos males. Quizá no todos los físicos, pero es un coadyuvante esencial en ellos.

Por ende, el mar es una bendición y asistir a las playas, sean las de Cancún, Cata, Mar del Plata, Las Coloradas, Catia La Mar, Pampatar, Varadero, Bahía, entre muchas otras de cada país, es realizarse un bien que te congracia con la obra de Dios.

el mar


¿Qué se sucede en el Mar?

A nivel físico y químico, ayuda a liberar endorfinas y aplaca cualquier foco de sobre aceleración en ambos hemisferios del cerebro. La natación es el ejercicio más integral para personas con problemas en su sistema músculo – esquelético como aquellas con afecciones bronquiales – respiratorias.

La creencia popular es que el mar se lleva los últimos vestigios de flema y mucosidades luego de un estado gripal o de resfriado. Puede suceder, pero con mucho cuidado, no es pertinente el consumo del agua de mar o utilizarla para “lavados nasales”.

Si bien ayuda en la cicatrización, ésta ha de ser asistida por un médico tratante con tratamientos externos e internos de heridas o de hongos en la piel, no se auto medique ni abuse del conocimiento popular.

El mar, como ya dijimos, es una bendición. Pero de la misma no se ha de abusar, ya que bañarse en exceso más la acción directa del sol, son en extremo contraproducentes.

Usted no puede pedirle milagros a Dios si se extralimita al utilizar a los dones naturales que Él nos ha dado. La coherencia es parte del cuidado personal.


El mar en La Biblia

Los peces han sido el alimento de la humanidad desde el principio de los tiempos. Surcarlo ha sido el avance de la humanidad. Su ecosistema es parte fundamental en la vida del hombre. Y la historia humana está ampliamente ligada a él y lo seguirá estando.

No por nada en La Biblia se le nombre siempre como parte del milagro de la vida, la fuerza, la visión del fin de los tiempos y el renacer del hombre nuevo que no ha sucumbido al pecado pese a las tentaciones. 20 ejemplos de ellos son los siguientes versículos sobre el mar:

Génesis 1:9-10

Entonces dijo Dios: Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos y que aparezca lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra; y al conjunto de las aguas les llamó mares. Y vio Dios que era bueno.

 

Jeremías 5:22

¿No me temen?" declara el Señor. ¿No tiemblan delante de mí, que puse la arena como frontera del mar, límite perpetuo que no traspasará? Aunque se agiten las olas, no prevalecerán; aunque rujan, no pasarán sobre ella.

 

Salmos 95:5

Suyo es el mar, pues Él lo hizo; y sus manos formaron la tierra firme.

 

Amós 5:8

El que hizo las Pléyades y el Orión, cambia las densas tinieblas en aurora y hace oscurecer el día en noche; el que llama a las aguas del mar y las derrama sobre la faz de la tierra: el Señor es su nombre.

 

Salmos 104:25

He allí el mar, grande y anchuroso, en el cual hay un hervidero innumerable de animales tanto pequeños como grandes.

 

Génesis 1:21

Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, de los cuales están llenas las aguas según su género y toda ave según su género. Y vio Dios que era bueno.

 

Job 26:12

Al mar agitó con su poder, y a Rahab quebrantó con su entendimiento.

 

Amós 9:3

Aunque se escondan en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; aunque se oculten de mis ojos en el fondo del mar, allí ordenaré a la serpiente que los muerda.

 

Miqueas 7:19

Volverá a compadecerse de nosotros, hollará nuestras iniquidades. Sí, arrojará a las profundidades del mar todos nuestros pecados.

 

Éxodo 10:19

Y el Señor cambió al viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al mar Rojo; ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto.

 

Hebreos 11:29

Por la fe pasaron el mar Rojo como por tierra seca; y cuando los egipcios lo intentaron hacer, se ahogaron.

 

Ezequiel 47:10

Y junto a él se pararán los pescadores; y desde En-gadi hasta En-eglaim habrá un lugar para tender las redes. Sus peces serán según sus especies, como los peces del mar Grande, numerosísimos.

 

Apocalipsis 15:2

Vi también como un mar de cristal mezclado con fuego, y a los que habían salido victoriosos sobre la bestia, sobre su imagen y sobre el número de su nombre, en pie sobre el mar de cristal, con arpas de Dios.

 

Santiago 1:6

Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra.

 

Salmos 93:4

Más que el fragor de muchas aguas, más que las poderosas olas del mar, es poderoso el Señor en las alturas.

 

Isaías 11:9

No dañarán ni destruirán en todo mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento del Señor como las aguas cubren el mar.

 

Isaías 48:18

¡Si tan sólo hubieras atendido a mis mandamientos! Entonces habría sido tu paz como un río, y tu justicia como las olas del mar.

 

Isaías 57:20

Pero los impíos son como el mar agitado, que no puede estar quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.

 

Ezequiel 26:3

…por tanto, así dice el Señor Dios: ``He aquí, estoy contra ti, Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.

 

Apocalipsis 21:1

Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe.


Lcdo. Argenis Serrano 

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