Ciertamente, ¿Y si nos portamos bien para variar?,
teniendo como propósito dejar tanto enfrentamiento teológico, filosóficos y de
aparente tono moralista en el cual cada sector pretende llevar la bandera de
quién es Dios y a quiénes debemos creerle allá en el cielo.
Aunque los Protestantes, testigos de Jehová,
Mormones, Musulmanes, Palmarianos la tienen firmemente agarrada en contra de la
Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa y los Judíos, el Budismo y el Hinduismo
están siguiendo la línea de paz entre los suyos y con los demás.
Entonces viene el Papa Francisco y dice la gran
verdad que de una u otra forma todas las religiones conducen a Dios y los propios
cristianos le critican y ni poner en duda a las demás, siendo el propósito del
sumo pontífice el que cada quien en su ideario recapacite en que el asunto es
caminar y guiar en vía hacia Dios y saltarse lo banal de la humanidad.
Él lo que dice entre líneas –recordemos que es muy
ambiguo el santo padre-, es ¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?
Con el propósito de hacer el bien sin mirar a quien,
incluso unidos a su rutina dogmática, se acabaría esta insana competencia de
quién interpreta mejor a La Biblia, quien se comporta mejor con los suyos y
quién tiene ganado el cielo.
¿Y Si nos
Portamos Bien Para Variar?
Algunos ejemplos claros de lo que –a mi manera de
ver- está mal y que no nos deja avanzar está en:
-
Dejar de
discutir y ofender por las imágenes talladas.
-
Ya no negar la
argumentación –sólida y/o equilibrada- del otro.
-
Proclamar la
condenación del otro y no ver cómo se condena a sí mismo.
-
Abandonar el
interés materialista (a Dios no le interesa ninguna moneda).
-
Minimizar tiempo
de congregación y más el de acción.
-
No asegurar que
los ritos bailables o teatrales son de Dios, sino más bien que son para
demostrar y dar gracias a Dios por el talento y oportunidad.
-
Ya no procurar
enfrentamientos entre “líderes” de congregaciones.
-
Blasfemar y
alejar a todo aquello que ayuda a reunir familias (fiestas por ejemplo).
-
Ver maldad entre
quienes no practican al 100% nuestra forma de fe.
-
Demeritar las
buenas acciones.
-
Caer en lugares
comunes contra las religiones.
-
Vetar al
conocimiento y la acción en nombre del Supremo.
-
Atentar contra
la vida, creyéndose los puristas, jueces y verdugos.
Por lo tanto
Digo yo, ¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?,
siendo amables entre nuestra forma de fe, aunque es claro que habrá
discrepancias, molestias, chistes, parodias, pero casi siempre centradas en
contra de los mercaderes de la fe o los falsos ejecutores de los designio de
Dios (los que atentan contra la vida de toda forma).
¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?, dejando de
creerle a quienes agarran a Dios como bandera publicitaria pero sus actuaciones
contra la gente buena e inocente son deleznables y mucho peor porque hay
quienes se la alcahuetean con cualquier excusa.
¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?, buscándole
solución salomónica a los conflictos en vez de ponernos del lado de alguien en
la guerra (el acto más estúpido acometido por varios seres que no quieren ser
humanos). Que todos tengan cabida es mucho mejor.
¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?, haciendo que
los medios de comunicación tradicionales y alternativos, en vez de ganar rating
con enfrentamientos, busquen que de la discusión salga la luz.
¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?, no ensuciando,
no mintiendo, no agrediendo, no siendo indiferentes, no siendo indolentes,
banalizando menos y dejando a un lado nuestros resentimientos o complejos y
temores que extrapolamos en otros.
¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?, y hacemos de
las ideas sanos debates con el propósito de aclarar y tener equidad, en vez de
ser paladines, lo que no es precisamente destacar sanamente.
¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?, viendo más
corazones, propósitos, entendiéndonos en las fallas y apoyándonos en las
destrezas, para que las cosas funciones un poco mejor y el día a día no nos
agobie.
¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?, sin miedo al
ridículo ni a demostrar sentimientos, emociones, locuras y acciones loables,
así estas se salgan de lo convencional sin ser agresivos (el fin justifica los
medios).
¿Y Si nos Portamos Bien Para Variar?, dejando tabúes
a un lado y ayudando hasta en lo más íntimo a quien lo necesita, siempre y
cuando no destruyamos nuestra mente, cuerpos, fe, ideales y sabiendo ser
pícaros, libres, apasionados.
Sólo hago y reitero sin cesar la pregunta ¿Y Si nos
Portamos Bien Para Variar?, para ver si le vamos restando poder a los malos y
comenzamos desde nuestras propias existencias a probar las mieles del Paraíso.
Hagamos el intento, así por acción y propia
naturaleza, cumplamos con los preceptos de Dios que sí aparecen en La Biblia y
no las lecturas y acciones acomodaticias que los falsos mercaderes nos han
intentado vender.
Lcdo. Argenis
Serrano