Si
vemos la televisión, observamos que hay personajes como Apu
Nahasapeemapetilon y Ned Flanders
(Los Simpson), que profesan el hinduismo y el protestantismo
-respectivamente-, de manera abierta y con el respeto que el mundo de la
familia amarilla puede ofrecer. Pero más allá de su sátira, hay personajes que
podemos ver en la TV, Cine o encontrar en una tienda de cómics México, Colombia, Perú y -evidentemente-
Estados Unidos y el resto del
orbe que en su seriedad y
tramas, bien saben conjugar el respeto a sus creencias y que podemos llamar “Fe
y superpoderes”.
En
el vasto universo de los cómics, donde la ciencia ficción se mezcla con la
mitología, los personajes a menudo trascienden las preocupaciones humanas
cotidianas. Detrás de las máscaras y los uniformes, muchos héroes y antihéroes
albergan una dimensión profundamente humana: sus creencias religiosas.
Lejos de ser meros detalles biográficos, para algunos, la fe es el ancla moral,
fuente de la culpa y/o la guía ética que define su lucha contra el mal.
Fe y superpoderes
Uno
de los ejemplos más icónicos de un héroe cuya identidad está inextricablemente
ligada a su religión es Daredevil (Matt Murdock). Católico devoto, la
culpa y la moralidad del catolicismo son el motor central de sus historias.
Constantemente se debate entre la justicia legal que ejerce como abogado ciego
en el día y la brutal justicia callejera que imparte como vigilante en la noche.
Sus confesiones con el padre Lantom no son nada más desahogos, también demuestran
momentos cruciales donde el héroe reflexiona sobre si sus acciones lo redimen…
o lo condenan.
El
cristianismo también tiene otros representantes, especialmente en el lado de
los mutantes. Nightcrawler (Rondador Nocturno) es, sin duda, el más
devoto de los X-Men. Su apariencia demoníaca contrasta con su alma noble
y su profunda fe católica. A menudo se le ve rezando o invocando bendiciones y
su brújula moral es inquebrantable, lo que le permite mantener la esperanza en
un mundo que lo rechaza, llegando incluso a bien influir en Logan
(Wolverine) un mutante azotado por su larga vida y acciones.
Incluso
figuras como el Capitán América (Steve Rogers), aunque de forma más
sutil y a menudo asociado al protestantismo, encarnan valores cristianos de
servicio y sacrificio.
Por
otro lado, la representación de la fe en el cómic ha evolucionado para reflejar
la diversidad de la sociedad. La creación de Ms. Marvel (Kamala Khan)
marcó un hito importante. Kamala, una joven pakistaní-americana de Nueva
Jersey, es una practicante del Islam. Su fe musulmana es un pilar de
su vida, que guía su sentido del deber y a menudo crea una dualidad entre las
expectativas de su familia tradicional y su vida como superheroína. Su religión
no es un adorno, es más una fuente de su fuerza y una lente a través de la cual
navega temas de identidad cultural y justicia social.
El
judaísmo también ha encontrado su lugar en las páginas de Marvel. Ben
Grimm (La Cosa), miembro de los Cuatro Fantásticos, es quizás el
héroe judío más abiertamente practicante. Sus orígenes judíos han sido
abordados en diversas historias anclando al monstruo rocoso a una fuerte
herencia cultural. De manera más compleja, la historia de Magneto (Max
Eisenhardt) está marcada por su experiencia en el Holocausto, lo
que, si bien lo aleja de la práctica religiosa, convierte su identidad judía en
la principal motivación de su ideología y su lucha por la supervivencia
mutante. Otros personajes como Kitty Pryde y Moon Knight (Marc
Spector) también han sido identificados con esta fe.
En
última instancia, que un personaje de cómic profese una religión va más allá de
un simple detalle biográfico. Imprime un contexto cultural, ético y
emocional que enriquece sus conflictos, sus motivaciones y su humanidad. La
fe se convierte en un superpoder por derecho propio: una fuerza interior que
les permite enfrentarse tanto a demonios interdimensionales como a sus propias
dudas.
Y, para que vean que la religión también encuentra mezclas
especiales para instruir y entretener a las nuevas generaciones, las
editoriales Marvel y DC Comics tienen apartados especiales sobre Jesús
de Nazaret y varios personajes bíblicos del Antiguo Testamento y el
Nuevo Testamento.
Allí, la conjunción de Fe y Superpoderes encuentra el
significado de que el heroísmo está ligado a creer en Dios, en el bien y en su
obra más grande (La Tierra y los seres vivos), incluyendo claramente a cada
lector.
A manera de contraste, un ser que no es buena muestra de
Fe y Superpoderes es Lucifer (Estrella de la Mañana) que sí viene es un
personaje superpoderoso (entre los 10 más poderosos de DC Comics), siempre
termina reconociendo de que hay un ente que es más poderoso que él y los otros
omnipresentes, siempre dando a entender, escritores, dibujantes y
editoriales, que el ser más poderoso dentro y fuera de el mundo animado, es
Dios.
Vaya un apartado especial de fe y superpoderes a un ser
que está por encima de La Liga de la Justicia, los X – Men, Avengers y los
Hombres de Negro, al cual respetan y acuden por todo lo que significa para
la idiosincrasia del mundo (aunque se aleje de las religiones). Dicho personaje
es Santa Claus.
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