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El dios de la destrucción (Señor Bills)



Leíamos con detenimiento el compartir, la emoción y la diversión desatada por Free Fire que se vive en https://invitarviejosamigos.com/ y recordamos una vieja conversa sobre cómo se han ido utilizando los mitos y la fantasía para decir algunas verdades. Fue en un episodio de Dragon Ball Super con el personaje del dios de la destrucción, el Señor Bills (Lord Beerus o Beerus Sama).

Seguramente usted no podría asociar una cosa con la otra. Son detonantes actitudinales en los cuales uno debe estar. Porque que un héroe de ficción o una batalla de ficción emociones, debería ser canalizado para que exista el disfrute, se amolde una actitud y no se salga de la realidad.

Millones de niños, adolescentes y adultos por generaciones han tenido héroes de ficción a los cuales querer emular. Y ahora, con los videojuegos on line se expande esa emoción porque le hacen interactivos.

Para nada está mal, sólo hay que saber canalizarlo. Y el dios de la destrucción me parece que es el mejor ejemplo.

dios de la destrucción


Sobre el dios de la destrucción, el Señor Bills

Definitivamente es el mejor y más impactante antagonista de la franquicia de Dragon Ball. Representa a un dios egipcio, una forma de los creadores japoneses de internacionalizar a sus productos animados.

Es ególatra, beligerante, desenfadado. Nada le parece un reto porque es un dios. Puede derrotar a todos los seres vivientes gracias a su rango, aunque el luchar con otros dioses le ha traído males, así como podría acabar con el universo.

Creo que en su frase, “antes de la creación, viene la destrucción”, lo resume todo en la humanidad. El dios de la destrucción aclara que para que algo bueno surja, primero hay que destruir lo anterior.

Y no nos referimos a acabar con la historia, ni siquiera con los patrones sociales que han sido efectivos y existen para el beneficio de todos, aunque a los detractores les moleste.

Nos referimos a destruir todo aquello que envanece y socava a nuestra propia humanidad: El orgullo, el temor a hacer algo bueno o justo, la desidia, la corrupción, la anarquía, el desconsuelo, la indiferencia, en fin, destruir al “pobre de mí”, que tanto evita que  surja una mejor persona.

Otro elemento que deberíamos destruir, es aquel de que el éxito se mide en cosas y likes en redes sociales. El éxito es el placer de lograr una meta y seguir con otras, como un ciclo sin fin. Esa es la creación.

Esta creación de Akira Toriyama, lo tiene todo. Es el dios de la destrucción porque se encarga de eliminar todo aquello que dañe a la obra del creador (Zen o Sama). Claramente, de manera radical y fantasiosa como cualquier obra artística.


Pero el mensaje es válido

Como dijimos, hay que aprender sobre lo que se ve para canalizarlo. Ello requiere de aprender a leer entre líneas. Eso implica sentarnos como adultos amantes de la ficción a analizar lo que estamos viendo y llevarlo a una forma de mejorar nuestra vida.

Por igual, con niños y adolescentes hay que sentarse a analizar lo que se ve. Notar qué le resulta más placentero sobre el dios de la destrucción, si acaso es que acabe con los demás o que dé paso a que nuevas y mejores cosas lleguen.

Un mensaje difícil de entender en principio, pero para el cual debemos estar preparados social y anímicamente. Incluso hasta el humano más empírico, sabe que de la ficción se saca solamente lo factible para la vida y lo demás, se disfruta y utiliza de estímulo para su creatividad.

Bills, el dios de la destrucción es un ejemplo de saber perdonar, incluso en la más profunda molestia ante los desmanes de otros; que confundan libertad con libertinaje y crean que la buena educación es un algo en desuso.

Si entendemos que portarnos bien es una forma de destruir los cánones dañinos que nos rodean e incluso, emanamos, sería mucho más y mejor lo que podríamos crear en pro de los demás como con nosotros mismos.

Pero quizás es un mensaje que el dios de la destrucción o su ángel guardián, el señor Whiss, aún no han sabido enseñarle al mundo. Espero que quienes este artículo lean, lo hagan con este anime y con cualquier otro.

Es hora de sacar lo mejor de todo, en vez de sólo quedarnos en criticarlo o buscar reprimendas celestiales (hacer un Hakai) como si fuésemos un tribunal disciplinario o inquisición.

Incluso, en aquella enfermiza manía de los hombres de querer jugara a ser dioses, algo que sólo funciona en la ficción, porque Dios solo hay uno.

Lcdo. Argenis Serrano 

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