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sábado

Oración a San Quodvultdeus

San Quodvultdeus
Oración a San Quodvultdeus, Mártir de la Iglesia, Ejemplo de Esperanza

San Quodvultdeus, tú que llevaste en tu nombre el deseo de cumplir la voluntad de Dios, intercede por nosotros ante el Padre celestial.

Supiste mantener la esperanza cuando se veía todo perdido y ese ejemplo es el que te pido grabes en mi mente, cuerpo, alma y corazón, para no olvidarlo en la adversidad y promoverlo en los instantes de calma y regocijo, especialmente entre quienes me necesitan o pueda ayudar.

Ayúdanos a confiar en la providencia divina, para que aceptemos la voluntad y no pueda resquebrajar nuestra fe o alimentar un pernicioso ego.

San Quodvultdeus, amigo y discípulo de San Agustín, ilumina nuestra mente con la sabiduría de la Iglesia.

Tú que fuiste milagrosamente salvado de las aguas del mar, protégenos de todo peligro y tentación. Confesor de la fe en Nápoles, alcánzanos la gracia de ser fieles hasta el final.

San Quodvultdeus, pastor celoso y prudente, que defendiste la verdad y la unidad de la Iglesia frente a las herejías, consolaste y animaste a tu pueblo en medio de las tribulaciones, escribiste sermones llenos de doctrina y de amor, modelo de santidad y de humildad, ruega por nosotros y por toda la Iglesia.

Te pedimos que podamos seguir tu ejemplo y enseñanza y que podamos alcanzar contigo la gloria eterna. Amén

Composición: Lcdo. Argenis Serrano 

jueves

2 Crónicas 7:14

 Dios hace una alianza con Salomón

Cuando Salomón terminó con éxito el templo del Señor, el palacio real y todo lo que se propuso en ellos, se le apareció de noche el Señor y le dijo:

“He escuchado tu oración y he escogido este sitio como templo para los sacrificios. Así que, si mando una sequía y hago que no llueva u ordeno a las langostas que destruyan los campos o envío una peste sobre mi pueblo y si mi pueblo, el pueblo que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y deja su mala conducta, yo lo escuchare desde el cielo, perdonare sus pecados y devolverá la prosperidad a su país. De ahora en adelante escucharé con atención las oraciones  que se hagan en este lugar porque he escogido y consagrado este templo como residencia perpetua de mi nombre. Siempre lo cuidaré y lo tendré presente.

humildad


7:14 - Y si mi pueblo se humilla (reflexión personal)

No, no es caer en bajezas, no es hacer que tus rodillas sangren caminando hincado a un templo; no es bajar la cabeza mostrando pena. No es darle poder a otro humano para que te cuide por ti a cambio de tu dignidad. No es mostrar su personalidad sin miedo al que dirán, pero viendo a cada lado para ver quién habla. No se trata de ese tipo de humillación ni de ninguna que denigre a tu ser, hecho a semejanza de Dios.

 

Humillarse es sacarse el ego y orar. Que dicha oración, sea compuesta o sincera, sea respetuosamente dirigida a Dios y le digas cómo te sientes. Pero no sólo para el dolor (Dios, necesito que me cures; Dios no tengo que comer); humillarse es salirse de la falsa imagen utilitaria o banal con la que clamas a Dios y darle gracias por tu sonrisa, por tú empleo, por la familia.

 

Es preguntarle a Dios, ¿cómo está usted?; Él escucha a quien se sale de las formas cuadradas y se adentra a estar a su lado, en las buenas y malas; que no duda cuando sucede lo que está de sucederse, en especial lo que es malo y que se alegra cuando entre tanta tribulación, muestra su poder en LA TIERRA, en la creación.

 

Allí nos humillamos de verdad, cuando somos tan humildes que entendemos el bien que Dios hace fiel a su palabra a quienes se lo han ganado y que nunca es en detrimento tuyo, porque estás cumpliendo un fin para el cual Él te hizo.

 

Y entre las redes del destino que Dios teje con hilos de nubes, la tierra prometida (el cielo), nos llegará, liberándonos del dolor y del pecado, de las tentaciones y los sinsabores, de lo que anárquicamente soñamos y que criticamos porque no los conseguimos y erróneamente pensamos o sentimos que Dios nos ha abandonado.

¿Quieres prosperidad?

Para tener prosperidad todo el país debe tenerlo; para eso es que uno se humilla, para que todo el país progrese y engrane de nuevo. Dios nos liberará del pecado y de quienes lo promueven, pero sólo si regresas a la humildad.

 

No temamos a los avances ni a los momentos placenteros que lo terrenal nos brinda. Pero sí temamos hacerlos nuestros guías y metas personales y mezquinas, porque allí sí volveremos a ser humillados por otros que se han empoderado como a bien el maligno acostumbra hacer: enseñándoles a forjar y tomar el poder y hacer que los buenos pierdan la confianza de volver a ser libres, por ellos mismos.

 

Humíllate dándote humildad, gozo, beneplácito, siendo tú de verdad en franca comunión con Dios. Haz a los demás felices como Él pidió, ten hijos y/o deja legados al mundo y que tu huella se perpetúe.

 

Ora, coméntale, muéstrale el respeto y la conversación humilde a Él y complácele mejorando con sus obras que son tus hermanos. Pon la otra mejilla y cuando ya hayas dado las dos, sigue tu camino y humíllate en la humildad, que ese ser seguirá humillándose en su ignorancia.

 

Para salvar al pueblo, hay que tener un corazón humilde que sepa entender que solos, no se puede; que para uno solo, no se hacen las cosas; que para progresar no debe denigrarse ni ser objeto de quienes venden ilusiones o dicen lo que se quiere escuchar sino lo que se debe escuchar.

 

Que la picardía, el atrevimiento, la armonía, regalar de sí, brindar una palabra de aliento, consuelo, abrazos y besos no es humillarse sino regalar de su humildad, decir que estoy contigo y sí más somos así, pues juntos haremos más.

 

Y eso que haremos, con Dios de nuestro lado y cumpliendo su palabra, es salvar al país.

Lcdo. Argenis Serrano

viernes

¿Qué tan Enamorado está Dios de la Humanidad?

 

¿Qué tan Enamorado está Dios de la Humanidad?

Difícil pregunta para que la respondamos, debido a que somos nosotros mismos, así nos pasemos de buenos, quienes se la hacemos difícil a Dios.

Pero el Amor en sí es un misterio inmenso que sólo se puede sentir y no del todo explicar; aunque se conceptualice, defina, se creen signos lingüísticos y símbolos, él será un motor extraño que mueva al mundo. Y Dios, por ser quien en realidad mueve al mundo desde la creación es también un misterio que sólo se devela en nuestras acciones y luego palabras para el bien y el entendimiento de que todo tiene un por qué, aunque nos pese.

Y esa es una forma de amor. Eso nos quiere decir que Dios es Amor y sí nos los profesa, obviamente que está enamorado de nosotros tanto como le amamos a él. Y ese amor humano es grande porque es el compendio de la historia de la humanidad, pero sí sumáramos todo ello, aún sería más pequeño que su amor.

Dios


Dios nos ama porque su palabra está dada

Luego del diluvio, Dios se juró a sí mismo que jamás volvería a hacer algo así contra toda la humanidad. Pero ustedes dirán, ¿las inundaciones o tsunami que ha habido por montones, luego?; damas y caballeros, ese es el orden natural de las cosas, el equilibrio del mundo, la demostración de la madre Tierra de que es un poder por encimad del hombre que se posó en la Tierra para vivir pero jamás para convivir con ella. En ninguno de esos casos ha sido Dios castigando con la muerte a los impíos como hizo en los tiempos de Noé.

A veces vemos el amor como queremos. Pero Dios ve y aplica el amor como lo que es Él: justo y comprensivo.

Además, el enamoramiento es estar con la persona amada y la muerte, aunque nos duela y molesten sus crueles métodos, es la forma de ir a la Casa del Padre sí bien acá profesamos amor a Dios y a su obra, desde la más grande a la más pequeña; tanto a la que Él hizo como a la que permitió iluminando y dando chances a cada ser humano en todas las áreas del saber humano, incluso entre quienes no han creído en Él.

Porque mientras seas bueno y hagas el bien, Dios te amará.

El perdón como forma de Amor

Estar enamorado es sacrificar lo suyo por el bien de otros. Él sacrificó a su hijo por nosotros y miren que la historia de la humanidad cambió y realmente comenzó con ese suceso. Eso quiere decir que está enamorado porque 2021 años después ese amor sigue vigente y bastante que ha crecido.

“Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa". (Hechos 16:31)

Quien de verdad cree y siente, está enamorado. Si usted ama a Jesús, ama a Dios y a l Espíritu Santo. En fin, ama a la Santísima Trinidad, ¿cree acaso que ese amor no es recíproco?, pues sí que es en ambas direcciones.

Y el amor no es precisamente obtener lo que se quiere, sino lo que se debe tener y saberlo maximizar, como al amor que se la ve aumentando día a tras día, se le diversifica, se pone mucho de sí y jamás es rutinario sino más bien consuetudinario. Ese amor de Dios es el que debemos copiar y profesar en su creación toda, sin lastimar ni dejar que nos lastimen, sin ver lo que queremos ver sino lo que debemos ver, sabiéndolo usar para crecer en conjunto.

Porque con un enamorado así, sí que vale la pena vivir.

Dios


Entonces, ¿está o no está Dios enamorado de la humanidad?

Definitivamente cuando usted abre los ojos y hace que el día hasta en la cosita más pequeña valga la pena, allí está Dios dándole amor día tras día y esa es una suma grande que usted a su edad puede ir viendo cuánto se ha acumulado y sin abandono, ni siquiera en el peor de los días, porque de una u otra forma termina compensándole.

Seamos como seamos en el exterior y sintámonos como nos sintamos en nuestro interior, más allá de lo que razonamos, en ese rincón del alma donde hace vida la luz divina, allí está el amor. Incluso entre quienes no creen en Dios o quienes ven a la religión, dogma, secta o independencia muy a su manera.

Dios nos ampara del mal y eso es lo correcto. Las situaciones llegan, pero no son castigos, son el balance del mundo y resultados de gran cadena de errores. Es una lotería propia de los errores humanos o del destino. Nadie se muere en la víspera sino cuando le toca, pero aún así, el amor de Dios no muere, más bien es cuando comienza en los predios de su gloria, en el otro hogar que Él posee y que está en el reino de los cielos, ya que su otra orada es en nuestros corazones y cuando sabemos cómo orar o cómo hablar con Él, en tono de amor, aún cuando lo digamos firmes, sabe Él que es con respeto porque así es el amor, respeto mutuo.

Pruebe usted con su enamorado el hablarle firme y sincero y verá el nivel de amor; pruebe usted hablar con su enamorada hablar firme y sincera y verá el nivel de amor. Y que las palabras sean para construir y perdonar, que tengan nivel de acción y reacción.

Verá que cada día será el día de los enamorados porque aprendieron a amar tal cual, -como buenos hijos de Dios-, aprendieron de Él que les enseñó con el ejemplo cuán enamorado está Dios de la humanidad.

Igual el amor por lo que se hace, por lo que se estudia, por los familiares y amigos. Dios tiene un amor mayor que el que nosotros podríamos profesar, pero emularle no es malo, ya que si estás enamorado o enamorada de alguien de bien, estar a su nivel es emular sus acciones y sumarle tu propia personalidad.

“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos". (Juan 15:13)

Lcdo. Argenis Serrano

Post solicitado por Egilda Ortíz de Hurtado (dedicado a ella).

sábado

Oración ante el Fallecimiento de un Ser Querido

¡Oh Jesús, único consuelo en las horas eternas del dolor, único consuelo sostén en el vacío inmenso que la muerte causa entre los seres queridos! 

Tú, Señor a quién los cielos, la tierra y los hombres vieron llorar en días tristísimos; Tú, Señor, que has llorado a impulsos del más tierno de los cariños sobre el sepulcro de un amigo predilecto; 

Tú, ¡oh Jesús! que te compadeciste del luto de un hogar deshecho y de corazones que en él gemían sin consuelo; Tú, Padre amantísimo, compadécete también de nuestras lágrimas. 

Míralas, Señor, cómo sangre del alma dolorida por la pérdida de aquel que fue deudo queridísimo, amigo fiel, cristiano fervoroso.

¡Míralas, Señor, como tributo sentido que te ofrecemos por su alma, para que la purifiques en tu sangre preciosísima y la lleves cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él! 

¡Míralas, Señor, para que nos des fortaleza, paciencia, conformidad con tu divino querer en esta tremenda prueba que tortura el alma! 

¡Míralas, oh dulce, oh piadosísimo Jesús! y por ellas concédenos que los que aquí en la tierra hemos vivido atados con los fortísimos lazos de cariño y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido, nos reunamos de nuevo junto a esa persona y en torno a Ti en el Cielo, para vivir eternamente unidos en tu Corazón. 

Amén.

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