Hermano en Dios, Karol Wojtyla, que adoptaste el nombre de Juan Pablo II, pero el mundo te conoció más como el "Papa Amigo". Desde el puesto real y grande que Dios te ha signado en la otra vida, ofrécenos la luz para hacer y decir tantas cosas buenas como tú las hiciste y demostraste en vida.
El perdón a quienes se arrepienten, la fusión de las ideas en búsqueda de la equidad, la reconstrucción del interés por las enseñanzas de Cristo, poder albergarnos en la fe para ver a la serpiente del mal derrotada bajo nuestros pies y aplicar la serenidad cariñosa que tanto resaltaste como la virtud de la Virgen María.
Que por tu contacto con los santos intercedas para que sean una corte de protección ante los desmanes de aquellos que no creen o desdibujan a la fe, el amor y el humanismo para sus propios bienes. Enséñanos más que a juzgar y castigar, a evaluar y hermanar. Que esta nueva era a la que viste surgir y las siguientes, esté el calor humano siempre por la frialdad material o económica.
Guianos para que el canto, la risa, la danza y las tradiciones que te acompañaron en tu periplo terrenal sean protegidas y multiplicadas para apartar a quienes la practican y las ve del mal camino. Y que tu legado escrito, visual y el escuchado, pase de generación en generación como ejemplo para mejorar en nombre de Dios, como ya se está haciendo desde la Santa Iglesia Católica y que pedimos jamás cese.
Ayúdanos a recordar que la dignidad no está en la perfección, sino en el interés de demostrar cada día que vale la pena vivir por este mundo, con este mundo y en este mundo.
Amén.
De mi inspiración para ti, recordando a la persona que viva vi y admiro aún. Argenis Reinaldo Garnica Serrano. Maracay - Estado Aragua, Venezuela. 05/07/2013
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