Aunque se lea como chiste cruel, esto que contaré es verdad:
El día 23 de junio un señor que recogía latas desde siempre, tuvo un acceso de tos tan fuerte que varios de sus compañeros lo llevaron al Hospital Simón Bolívar en Mariara, Municipio Diego Ibarra del Estado Carabobo.
Cuando lo atendían y ante su vestimenta harapienta y hedores, luego de darle unos medicamentos, el médico de guardia solicitó que bañaran al señor. En pleno baño, se murió.
Los detalles de la muerte están bajo secreto hospitalario y los respetaremos. Pero cuando mi amigo contó esta anécdota, los que estábamos presentes atinamos a decir "Ecito vale, Dios lo cuide", una expresión de sentimiento y pena propia de los venezolanos.
Y es que cuando se rompe el orden natural de las cosas, algo ocurre. Estaba de Dios su muerte, pero en ese instante de humanidad de seguro afectaría a quienes lo asistían. El alma se liberó en un momento de bien terrenal, para poder entrar con mejor pie al reino celestial.
Lo de él no era una capa de suciedad que lo retenía vivo; era una capa de destino que lo llevó a un lugar donde morir con dignidad con gente que lo podía atender y no en una acera o en sitio peor. El alma fue guiada por el Espíritu Santo para que la muerte le diera final a sus tribulaciones en el espacio y lugar más idóneo para su situación económica y modo de vida.
¿No es eso un éxito ganado?, y no con esto desmerito el cómo puede morir cada persona, lugar o circunstancia y lo que haya hecho en vida. Son casos puntuales y distintos, tal cual como nuestras vidas. Lo que vale es cómo y para qué se lucha por la vida.
"De los pobres será el reino de los cielos".
Y aunque no hubiese sido así con el calor humano en pro de su ser, Dios le hubiese dado paso a la vida eterna con un halo de luz y su mano de gloria. Porque el alma está atada al cuerpo mientras el Altísimo lo disponga y mientras nosotros nos lo ganemos.
Desde el más humilde recogelatas que vivía para seguir, sin ningún interés mayor que el de ver la vida a su paso lento, hasta la persona más rica y productiva que de una forma u otra ayuda a los demás, el alma se plena de experiencias y de puntos a favor o en contra para que San Pedro pueda o no permitirnos la entrada al reino celestial.
El alma se aferra a la vida cuando siente que algo le falta por hacer; por ello, siempre debemos luchar por aportar y cumplir nuestra palabra. Que no le debamos nada a la vida y menos a los que queremos. Que nuestro paso por este mundo deje alguna huella de bien, tanto para ganar el paso al Reino de Dios, como para hacer de este mundo un lugar mejor.
Y se hace mejor no dañando, no odiando; defendiendo al que no se puede defender, cumpliendo un papel en la sociedad, no siendo una molestia para los demás, viviendo y dejando vivir, siendo un hermano, un amigo, un compañero, una sonrisa amable y un ser sin resentimiento.
"La venganza nunca es buena, mata al alma y la envenena".- Roberto Gómez Bolaños
Dale vida a tu alma así como ella te la da a ti; solazala y dale el beneplácito de otorgar bien sin mirar a quien. Que cualquier cosa que hagas, no moleste a los demás. Que lo que digas, sea reconfortante para alguien.
¿Qué consejos das para alegrar el alma?
"Cuando se ha querido, con pasión y calma, es que se ha aprendido, que es dichosa el alma".
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El día 23 de junio un señor que recogía latas desde siempre, tuvo un acceso de tos tan fuerte que varios de sus compañeros lo llevaron al Hospital Simón Bolívar en Mariara, Municipio Diego Ibarra del Estado Carabobo.
Cuando lo atendían y ante su vestimenta harapienta y hedores, luego de darle unos medicamentos, el médico de guardia solicitó que bañaran al señor. En pleno baño, se murió.
Los detalles de la muerte están bajo secreto hospitalario y los respetaremos. Pero cuando mi amigo contó esta anécdota, los que estábamos presentes atinamos a decir "Ecito vale, Dios lo cuide", una expresión de sentimiento y pena propia de los venezolanos.
Y es que cuando se rompe el orden natural de las cosas, algo ocurre. Estaba de Dios su muerte, pero en ese instante de humanidad de seguro afectaría a quienes lo asistían. El alma se liberó en un momento de bien terrenal, para poder entrar con mejor pie al reino celestial.
Lo de él no era una capa de suciedad que lo retenía vivo; era una capa de destino que lo llevó a un lugar donde morir con dignidad con gente que lo podía atender y no en una acera o en sitio peor. El alma fue guiada por el Espíritu Santo para que la muerte le diera final a sus tribulaciones en el espacio y lugar más idóneo para su situación económica y modo de vida.
¿No es eso un éxito ganado?, y no con esto desmerito el cómo puede morir cada persona, lugar o circunstancia y lo que haya hecho en vida. Son casos puntuales y distintos, tal cual como nuestras vidas. Lo que vale es cómo y para qué se lucha por la vida.
"De los pobres será el reino de los cielos".
Y aunque no hubiese sido así con el calor humano en pro de su ser, Dios le hubiese dado paso a la vida eterna con un halo de luz y su mano de gloria. Porque el alma está atada al cuerpo mientras el Altísimo lo disponga y mientras nosotros nos lo ganemos.
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Y se hace mejor no dañando, no odiando; defendiendo al que no se puede defender, cumpliendo un papel en la sociedad, no siendo una molestia para los demás, viviendo y dejando vivir, siendo un hermano, un amigo, un compañero, una sonrisa amable y un ser sin resentimiento.
"La venganza nunca es buena, mata al alma y la envenena".- Roberto Gómez Bolaños
Dale vida a tu alma así como ella te la da a ti; solazala y dale el beneplácito de otorgar bien sin mirar a quien. Que cualquier cosa que hagas, no moleste a los demás. Que lo que digas, sea reconfortante para alguien.
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