¿Beber cerveza va en contra de la religión?
Cuando
se realizan interpretaciones rigurosas a las Sagradas Escrituras, encontramos que todo está prohibido. Pero a la
vez encontramos que todo llega por un algo y que somos los seres humanos, como
seres racionales, los garantes de darles el mejor de los usos y provecho. La
cerveza, es un elemento que bien puede invitarnos a una sana discusión.
La cerveza en la vida de las personas
Técnicamente
antes de Cristo ya existía la cerveza, sólo que eran otras maneras de
fermentación y quedaba para los sectores populares. La difusión del vino era
mayor y este se distribuía en todos los estratos sociales.
Pasaron
los siglos y la popularidad de la cerveza se hacía mayor, en especial para
algunas condiciones climáticas y por la facilidad que tenían los jerarcas
familiares, sus hijos y/o esclavos de hacer cerveza en casa la bebida se fue popularizando y arraigando en el paladar
de todos por igual.
Actualmente,
es la bebida mas distribuida en el mundo. Y su multiplicidad de variaciones,
fórmulas adaptadas al clima y tipo de vida de sus consumidores y en especial
por el precio, la hacen la más apetecible de las bebidas entre los adultos.
Pero, ¿Beber cerveza va en contra de la religión?
En
algunas religiones estrictas –y hasta punitivas del Oriente y Medio Oriente, sí
que lo es, porque dicen que es atentar en contra del cuerpo, que son inventos
de los occidentales para hacerte sentir bien, aplicando lo anterior a casi todo
lo que en Occidente es producido y/o permitido.
Lo
que ninguna religión permite es que por el consumo del alcohol presente en la
cerveza, las personas se echen al abandono y de los suyos; atente contra su
vida y la vida de otros; incumplan sus deberes cívicos.
Que
despilfarren el dinero en cerveza como en cualquier otro elemento de no
necesidad. O que deseen utilizarlo como vía de escape o encubrimiento para
poder sacar a flote una naturaleza oculta y pecaminosa, en contra de cualquier
otra persona, ser vivo u objeto.
El
abuso de la bebida, como cualquier abuso, va en contra de los que Dios estipula
para cada persona. Que abandones el trabajo y no ganes el pan con el sudor de
tu frente, buscando el dinero por vías ilegales, es realmente el pecado.
Tomarla
de manera social, usarla como atenuante contra el calor, ayudar a la industria
nacional o muy especialmente, promover el trabajo con las manos realizando cerveza artesanal que es por demás
divina, fácil y satisfactoria, no puede considerarse un atentado contra la
religión.
Si
se consume con mesura, se respetan las leyes y no se usa como excusa para
expiar sus culpas o sacar un yo interior que requiere de estímulos ajenos, no
estás cometiendo falta alguna.
Eso
sí, por cada cerveza artesanal o comercial, cuida tu cuerpo consumiendo
alimentos sanos. Y el dinero que ahorres, inviértelo en ayudar a los demás, así
la cerveza hecha en casa o comprada o cualquier bebida, te sabrá mucho más
deliciosa.
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