LA CONFIANZA... quien se la gana, está en el deber de mantenerla, sí es de por vida, mucho mejor.
LA CONFIANZA... quien la da, no debe estar haciendo pruebas banales de la misma. Porque sus dudas también pueden corromperla y sus consecuencias le pesarán despierto y dormido, de por vida.
LA CONFIANZA... mueve al mundo financiero. Ha hecho que el dinero exista, que el oro, diamantes, platino, coltán, tengan el valor que ahora poseen. Sin ello, serían nada más que piedras preciosas, pero no valiosas.
LA CONFIANZA... ha hecho del bitcoin el punto de enlace del mundo a través de la Internet . Es entonces una confianza sobre otra. Por algunas frutas podridas y detractores no se va a detener, mientras la gran masa le otorguen el voto de confianza.
LA CONFIANZA... es creer en capacidades, en el ensayo y error, en saber el tamaño del defensor en contra del enemigo monstruoso de varias cabezas y que debe atacar de formas distintas porque se multiplica. Quien confía en el guerrero que con astucia, planificación, control, liderazgo y unidad se concentra en vencer al mal policéfalo, lo que hace es fortalecerle con un poder más allá de sus creencias, quizá no tangible, pero sí existente.
LA CONFIANZA... es creer en el potencial del niño, en la rebeldía sin daño del adolescente, en la disciplina del adulto joven, en el emprendimiento del adulto contemporáneo, en las ganas del adulto mayor o anciano.
LA CONFIANZA... es saber que se puede fallar, pero se debe seguir. También es siempre tener un plan B, un guardado, no poner todos los huevos en una canasta, en analizar, preguntar, estudiar y saber quién es uno. También en saber que hay muchas cosas que no se pueden ni se deben hacer solos, ya que el orgullo nunca es un buen compañero.
LA CONFIANZA... es lo que hace a una pareja, es lo que hace la paternidad, es lo que hace la familiaridad, es lo que hace a la vecindad y a la familia. Es un trabajo de muy larga data, que se nutre de la regla de oro.
LA CONFIANZA... es lo que pide Dios junto a la constancia y la acción. El saber que lo que se pide no es inmediato porque el ser humano de por sí, es anárquico y quizá pidiendo agua, termine secando un área y creando un desierto.
LA CONFIANZA... va más allá de sexo, orientación, peso, color, religión, ideología, gustos; a ell le importan las acciones y la sumatoria de éstas, porque el bien debe siempre pesar más que el mal y muchas veces en el lado de la balanza donde se supone estaré el mal, estarán los errores e incumplidos, que también han de pesar poco.
LA CONFIANZA... es la que hace falta para contrarrestar a tanto nube gris. Y esa confianza nace en tu corazón, se conecta con Dios y se replica en tus acciones. Hasta en lo más mínimo la puedes hallar, dedícale el rato a buscarla, ella es una buena muleta para el ánimo y un vigorizante para la tranquilidad.
Lcdo. Argenis Serrano - @Romantistech
LA CONFIANZA... quien la da, no debe estar haciendo pruebas banales de la misma. Porque sus dudas también pueden corromperla y sus consecuencias le pesarán despierto y dormido, de por vida.
LA CONFIANZA... mueve al mundo financiero. Ha hecho que el dinero exista, que el oro, diamantes, platino, coltán, tengan el valor que ahora poseen. Sin ello, serían nada más que piedras preciosas, pero no valiosas.
LA CONFIANZA... ha hecho del bitcoin el punto de enlace del mundo a través de la Internet . Es entonces una confianza sobre otra. Por algunas frutas podridas y detractores no se va a detener, mientras la gran masa le otorguen el voto de confianza.
LA CONFIANZA... es creer en capacidades, en el ensayo y error, en saber el tamaño del defensor en contra del enemigo monstruoso de varias cabezas y que debe atacar de formas distintas porque se multiplica. Quien confía en el guerrero que con astucia, planificación, control, liderazgo y unidad se concentra en vencer al mal policéfalo, lo que hace es fortalecerle con un poder más allá de sus creencias, quizá no tangible, pero sí existente.
LA CONFIANZA... es creer en el potencial del niño, en la rebeldía sin daño del adolescente, en la disciplina del adulto joven, en el emprendimiento del adulto contemporáneo, en las ganas del adulto mayor o anciano.
LA CONFIANZA... es saber que se puede fallar, pero se debe seguir. También es siempre tener un plan B, un guardado, no poner todos los huevos en una canasta, en analizar, preguntar, estudiar y saber quién es uno. También en saber que hay muchas cosas que no se pueden ni se deben hacer solos, ya que el orgullo nunca es un buen compañero.
LA CONFIANZA... es lo que hace a una pareja, es lo que hace la paternidad, es lo que hace la familiaridad, es lo que hace a la vecindad y a la familia. Es un trabajo de muy larga data, que se nutre de la regla de oro.
LA CONFIANZA... es lo que pide Dios junto a la constancia y la acción. El saber que lo que se pide no es inmediato porque el ser humano de por sí, es anárquico y quizá pidiendo agua, termine secando un área y creando un desierto.
LA CONFIANZA... va más allá de sexo, orientación, peso, color, religión, ideología, gustos; a ell le importan las acciones y la sumatoria de éstas, porque el bien debe siempre pesar más que el mal y muchas veces en el lado de la balanza donde se supone estaré el mal, estarán los errores e incumplidos, que también han de pesar poco.
LA CONFIANZA... es la que hace falta para contrarrestar a tanto nube gris. Y esa confianza nace en tu corazón, se conecta con Dios y se replica en tus acciones. Hasta en lo más mínimo la puedes hallar, dedícale el rato a buscarla, ella es una buena muleta para el ánimo y un vigorizante para la tranquilidad.
Lcdo. Argenis Serrano - @Romantistech
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