domingo

Otra lucha por alimentos, medicinas, infancia, vejez y reconciliación


Para las personas que jamás empuñamos un arma y menos por gusto de usarla o por ira o violencia en pro del mal; para quienes no cierran el puño ni voltean la cara ante el necesitado; para quien no se ve siendo burlista, hostil y déspota para el caído o para sus iguales, que somos todos; para quien sabe la diferencia entre la venganza y la justicia. Para ellos, que sea la bendición de Dios.
Y aquellos que hagan el mal por interés, gusto, órdenes a las que pudieron rebelarse y ni siquiera dudaron, por personalismo, temor o desgano; esos que usan la fuerza física, los rasgos intimidatorios, de cualquier cosa hacen un arma para agredir o se esconden detrás de las balas, sólo por dinero o por gusto de matar y que no se arrepienten de ello, que el infierno les sea en vida, tal cual lo desearon. Nadie se los deseó, ellos cavaron su foso apenas se arrancaron el alma.
Para aquellos que aún con pruebas siguen hipnotizados, adorando un ideal que ni por un momento entienden, mismo que temen criticar so pena de ser acusados de traidores, que insisten en vivir una utopía que está más bien construyendo un futuro distópico; para esos que se pelean con quienes les profesan amor, por alguien que se sabe que les traicionará, pero no lo reconocen. Para ellos pedimos a Dios que quite las vendas de sus ojos, destape sus oídos y agudice su entendimiento y sentimiento. Su recuperación es un eslabón indispensable para que la cadena de la vida en este planeta, en este país, sea consolidada y larga para que sea un engranaje en la recuperación del mismo, desde el corazón.
Para que más nadie pueda osar quemar una medicina o botar el alimento que es sagrado y que debió saberlo desde su hogar, lo que nos hace pedir por las familias para que ya no sean disfuncionales, indiferentes, personalistas, crápulas, sino las verdaderas bases de una sociedad, donde comience la educación que en escuelas y universidades se fortalezca con la instrucción para hacer grandes cosas con el poder y no usar el poder para hacerse grande, corruptible, ominoso.
Se debe acabar con la indolencia hacia el infante con hambre y necesidades afectivas y con el anciano que requiere vivir en cómoda paz luego de una vida donde se ganó el pan con el sudor de su frente. Ayudar sin temor al enfermo, a quien tienen una “discapacidad”, a quien se accidenta o tiene una mala racha. Para que el corazón siempre esté fuerte no sólo para la salud, sino para actuar como es debido y saber detener o alejarse de quien usó ese musculo de amor para ennegrecer su existencia y la ajena.
Libertad de poder saber elegir entre el bien y el mal y siempre ver que el bien tiene más ventajas, aprendizaje, práctica, plenitud, vigor, fortaleza, emoción y el triunfo es limpio e incuestionable.
Debe acabarse la condena sin analizar y menos sin ser jueces. Hablar sin fundamentos, sin argumentos, sin tener las bardas en remojo. Ver el juego completo para que nada les desesperance y el mal no les alcance. Nada hace más feliz al mal que aquel que demuestra debilidad de carácter y razonamiento.
Es el momento de exterminar al mal y a quien lo ejerce, de las maneras más justas posibles. Y sí hay que ir más allá, pues que sea por lo que dijimos: eligió el camino de las desgracia, pues eso es lo que cosechará, sea con o sin agonía, eso ya el momento lo dirá.
Es el momento de erradicar a todo el mal, para que no falte el alimento, las medicinas, la plenitud, la hermandad, el futuro para los niños y el honor para los ancianos, hecho por jóvenes y adultos que también merecen la paz que se construyen con justicia, organización, buena voluntad y la FE.
Lcdo. Argenis Serrano - @Romantistech

No hay comentarios.:

Entradas populares