El origen del
pueblo de Israel: Según la
Biblia, el pueblo de Israel desciende de Abraham, a quien Dios le prometió una
gran descendencia y una tierra como herencia perpetua.
Abraham tuvo dos hijos: Ismael e Isaac. Isaac fue el
hijo de la promesa, y de él nació Jacob, a quien Dios le cambió el nombre por
Israel. Jacob tuvo doce hijos, que fueron los patriarcas de las doce tribus de
Israel.
La esclavitud y
el éxodo de Egipto: Los
descendientes de Jacob se multiplicaron en Egipto, donde fueron oprimidos por
el faraón. Dios escuchó el clamor de su pueblo y envió a Moisés para liberarlos
con poderosas señales y prodigios.
Dios hizo un pacto con Israel en el monte Sinaí,
donde les dio la ley y los mandamientos. Dios guio a su pueblo por el desierto
hacia la tierra prometida, pero por su rebeldía y falta de fe, tuvieron que
vagar cuarenta años hasta que entró la nueva generación.
Conquista y el
establecimiento en Canaán: Bajo el
liderazgo de Josué, el pueblo de Israel conquistó la tierra de Canaán, que era
la tierra prometida por Dios a Abraham. Allí se establecieron y se organizaron
en doce tribus, cada una con su territorio asignado.
Durante este período, Dios levantó a varios jueces
para gobernar y liberar a su pueblo de sus enemigos, cuando se apartaban de
Dios y hacían lo malo a sus ojos.
La monarquía y
el templo: El pueblo de Israel
pidió tener un rey como las demás naciones, y Dios les concedió su deseo. El
primer rey fue Saúl, pero por su desobediencia fue rechazado por Dios. El
segundo rey fue David, un hombre conforme al corazón de Dios, que unificó las
tribus y estableció a Jerusalén como la capital del reino. El tercer rey fue
Salomón, hijo de David, que construyó el templo de Dios en Jerusalén, una obra
magnífica y gloriosa.
División y el
exilio: Después de la muerte
de Salomón, el reino se dividió en dos: el reino del norte (Israel) y el reino
del sur (Judá). Ambos reinos tuvieron una larga historia de reyes malvados y
buenos, pero en general se alejaron de Dios y adoraron a otros dioses. Por eso,
Dios envió a varios profetas para advertirles del juicio que vendría si no se
arrepentían.
El reino del norte fue conquistado por Asiria en el
año 722 a.C., y el reino del sur fue conquistado por Babilonia en el año 586
a.C. Muchos israelitas fueron llevados cautivos a estas naciones paganas.
El regreso y la
restauración: Después de setenta
años de exilio, Dios movió el corazón del rey Ciro de Persia para permitir que
los judíos regresaran a su tierra y reconstruyeran el templo y los muros de
Jerusalén.
Durante este período, hubo varios líderes que
guiaron al pueblo en la obra de restauración, como Zorobabel, Esdras y
Nehemías. También hubo profetas que anunciaron la esperanza de un Mesías que
vendría a salvar a su pueblo.
Algunos versículos en La Biblia que nombran al Pueblo de Israel
He seleccionado uno de cada libro del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento
con referencia al pueblo de Israel. Espero les sirva para conocer más sobre su
historia y el plan de Dios para dicho pueblo.
Génesis 32:28: Y dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino
Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
Éxodo 19:6: Y ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y
una nación santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
Números 23:9: Porque de la cumbre de las peñas lo veo, y desde
los collados lo miro; he aquí un pueblo que habitará confiado, y no será
contado entre las naciones.
Deuteronomio
7:6: Porque tú eres pueblo
santo para el SEÑOR tu Dios; el SEÑOR tu Dios te ha escogido para ser pueblo
suyo de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.
Josué 24:15: Y si no les parece bien servir al SEÑOR, escoged
hoy a quién habéis de servir: si a los dioses que sirvieron vuestros padres,
que estaban al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra
habitáis; pero yo y mi casa serviremos al SEÑOR.
Jueces 5:31: Así perezcan todos tus enemigos, oh SEÑOR; más los
que le aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra reposó
cuarenta años.
1 Samuel 12:22: Porque el SEÑOR no desamparará a su pueblo, por su
gran nombre; porque el SEÑOR ha querido hacerles su pueblo.
2 Samuel 7:23: ¿Y quién como tu pueblo, como Israel, nación única
en la tierra? ¿A qué otro pueblo fue Dios a redimir para sí como pueblo, y para
ponerse nombre, e hiciste para ti grandes y terribles cosas, echando de delante
de tu pueblo, al cual redimiste para ti de Egipto, las naciones y sus dioses?
1 Reyes 8:60: a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan
que el SEÑOR es Dios, y que no hay otro.
2 Reyes 17:7: Porque así había acontecido a Israel, que pecando
contra el SEÑOR su Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de
Faraón rey de Egipto, habían temido a dioses ajenos,
1 Crónicas
16:13: Oh linaje de Israel su
siervo, hijos de Jacob sus escogidos.
2 Crónicas 7:14: Si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado
mi nombre, y oran, y buscan mi rostro, y se vuelven de sus malos caminos;
entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.
Esdras 9:8: Mas ahora por un breve momento ha sido el SEÑOR
nuestro Dios clemente con nosotros, para dejarnos algunos que escapen, y darnos
estabilidad en su santo lugar; para iluminar nuestros ojos, oh Dios nuestro, y
darnos un poco de vida en nuestra servidumbre.
Nehemías 9:7: Tú eres el SEÑOR Dios que escogiste a Abram, y lo
sacaste de Ur de los caldeos; y le pusiste por nombre Abraham;
Ester 8:17: Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegaba
la palabra del rey y su decreto, había alegría y gozo entre los judíos;
banquetes e iluminaciones. Y muchos de entre los pueblos del país se hacían
judíos porque había caído sobre ellos el temor de los judíos.
Job 42:5: De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.
Salmos 122:6: Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los
que te aman.
Proverbios 3:35: Los sabios heredarán honra; mas los necios llevarán
ignominia.
Eclesiastés
12:13: El fin de todo el
discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es
el todo del hombre.
Cantares 6:3: Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; él apacienta
entre los lirios.
Isaías 41:8: Mas tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien
yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.
Jeremías 31:31: He aquí que vienen días, dice el SEÑOR, en los
cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá;
Lamentaciones
3:22: Por la misericordia
del SEÑOR no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Ezequiel 37:21: Y les dirás: Así ha dicho el Señor Dios: He aquí,
yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los
recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra;
Daniel 9:24: Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo
y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado,
y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y
la profecía, y ungir al Santo de los santos.
Oseas 11:1: Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto
llamé a mi hijo.
Joel 2:27: Y conocerán que en medio de Israel estoy yo, y que
yo soy el SEÑOR su Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca será avergonzado.
Amós 9:14: Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel; y
edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y
beberán el vino de ellas; harán también huertos, y comerán el fruto de ellos.
Abdías 1:17: Mas en el monte de Sion habrá salvación; será santo;
y la casa de Jacob poseerá sus posesiones.
Jonás 1:9: Y él les respondió: Soy hebreo; y temo al SEÑOR
Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra.
Miqueas 4:2: Y vendrán muchas naciones, y dirán: Vengan y
subamos al monte del SEÑOR, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en
sus caminos, y andaremos por sus veredas. Porque de Sion saldrá la ley, y de
Jerusalén la palabra del SEÑOR.
Nahúm 1:15: He aquí sobre los montes los pies del que trae
buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra tus fiestas, oh Judá; cumple tus
votos. Porque nunca más pasará por ti el malvado; pereció del todo.
Habacuc 3:18: Con todo yo me alegraré en el SEÑOR, me gozaré en
el Dios de mi salvación.
Sofonías 3:20: En aquel tiempo os traeré yo, en aquel tiempo os
recogeré; porque os daré renombre y alabanza entre todos los pueblos de la
tierra, cuando haga volver vuestros cautivos delante de vuestros ojos, dice el SEÑOR.
Hageo 2:9: La gloria postrera de esta casa será mayor que la
primera, dice el SEÑOR de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice el SEÑOR
de los ejércitos.
Zacarías 8:23: Así ha dicho el SEÑOR de los ejércitos: En aquellos
días acontecerá que diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del
manto a un judío diciendo: Iremos con ustedes, porque hemos oído que Dios les
acompaña.
Malaquías 3:6: Porque yo Dios no cambio; por esto ustedes hijos de
Jacob no han sido consumidos.
Mateo 2:6: Y tú Belén tierra de Judá, no eres la más pequeña.
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