Mario Moreno "Cantinflas", en la película "El Padrecito´, dijo que a la Virgen era nuestra Madre Celestial y a ella no le gustaría ver sufrir a sus hijos. Y van muchos penitentes con las rodillas sangrantes ante ella. Esa es una verdad irrefutable que las personas no entendemos.
Hoy, Miércoles Santo, bajo una promesa que le hiciera al Sagrado Corazón de Jesús del cual soy devoto, prometí venirme desde la Catedral de mi ciudad a casa luego de salir del trabajo y visitar el templo. Todo esto enmarcado en la imagen del Nazareno, al cual la iglesia católica recuerda en este día de la Semana Mayor.
El sol hoy en mi ciudad de Maracay colocó al terruño en 39ºC y sólo pude completar la mitad de mi promesa.
Abandoné fustigándome, primero por miedo a cumplir lo que le prometí al Santísimo y segundo por dudas en mi ser de si era flojera o poco convencimiento.
De inmediato recordé las palabras que coloqué al principio y entendí que a sabiendas, cometí el error de no hacer caso a lo que sabía. Me dejé llevar por cumplir y no por hacer de mi promesa algo menos fútil. Hice de mi promesa un show para mí mismo y no algo significativo ante Dios y ante mis hermanos.
La procesión va por dentro y el agradecimiento se puede hacer con una vestimenta, velas y caridad. Pero deben tener contenido, legado, sentimiento o será como pagar una cuenta en un restorán, algo por un servicio que buscaste y del que luego te irás y quizás no vuelvas o comentes.
Ahora me toca reescribirme por lo aprendido y no quise dejar pasar la oportunidad de mostrar esta reflexión. Una promesa es un acto verbal o mental pleno de honor. Es casi como una deuda de juego -para hacer más del vulgo el concepto-, es su palabra que debe saber cumplirla de la manera en que nadie quede disminuido y no sea un acto sin sentido.
Pensé en Jesús de Nazaret y Moisés que estuvieron en un desierto y cuánto sufrieron por la humanidad. Y mi promesa era también un peligro, ya que un dolor de cabeza, vista, ardor de piel ¿no sería preámbulo a una nueva enfermedad cuando me estoy curando gracias a Dios de otra?.
"Ayúdate que yo te ayudaré", dijo el Señor. Y eso es usar la lógica hasta para la aplicación de una promesa. Hay miles de formas de dar Gracias a Dios, tratemos de no elegir las peores, sacrificarnos en estos tiempos no debe ser dañarnos, sino luchar porque exista menos daño en las personas.
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