Defender a Bergoglio se transformó en una tarea muy difícil. Primero, porque es humano y se equivoca. Y aunque haga lo único que puede hacer un ser mortal luego de un error, que es resarcirse, siempre será juzgado por ello.
En tribunales, una causa ya juzgada no se suma a la anterior, sino que se va al caso en particular, aunque se estudie el expediente de antecedentes. En las redes sociales, siempre se sumará todo, se meterá el dedo en la llaga, se juzgará con todo el peso de una no ley.
El Papa Francisco reaccionó ante la mujer que lo haló como haría cualquier persona asustada, dándole el famoso "ta te quieto". Y de no haberlo hecho, la mujer hubiese sido la juzgada. Porque en redes sociales siempre hay que juzgar a alguien o no hay "paz".
Ya Bergoglio es juzgado porque no ataca a los izquierdistas o derechistas con el rigor de Juan Pablo II, ni como Presidente de El Vaticano; en fin, porque no cumple órdenes. Eso hace que millones no quieran defenderlo y entre esos millones corre un lote de los que también lo atacan.
Y es difícil defenderlo porque ya asumió esa posición en lo que a política se refiere. Quieren todos que arregle a 180 países con sus ciudades autónomas o que vaya en contra de los más sonados como Irán, Corea del Norte, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Pero nadie lo defiende cuando él es ignorado en los mensajes que envía desde la Plaza de San Pedro, que envía con sus emisarios o que dice en persona. Eso no pesa para defenderlo, en muchos.
Lo cierto es que sus errores y que no tiene la dulzura de San Juan Pablo II le gana muchos enemigos que quieren verle la cabeza en los pies, porque esa es la forma que ellos tienen de ser mejor que él.
Es como sí quisieran que dimita para montar a un Papa electo por ellos. O que no haya Papa, que no haya representante en el Trono de Pedro. Que El Vaticano venda todos los tesoros y que con eso dizque se arregle la pobreza en el mundo, administrados muchos de esos países por los mismos que no le hacen caso y que las poblaciones les exigen al Papa que los fustigue, como sí eso fuera suficiente para una invasión celestial luego de ser excomulgados.
La Iglesia Católica defiende, llama al encuentro y deplora maldades, pero no tumba gobiernos ni dictaduras.
Sólo desean atacar al Papa y al mismo, es difícil defenderlo. Porque tiene sus bemoles y formas distintas de hacer las cosas. Lo digo en plural por la complejidad a la que se enfrenta.
Toda una odisea defender al Papa Francisco, porque se sale del protocolo, porque pide que los emisarios sean la verdadera voz pero le siguen invocando a él y no al Arzobispado de cada país, porque busca el entendimiento y que usen su inteligencia emocional.
Y pide lo que menos le dan y que él siente que es su única defensa: que oren por él.
Lcdo. Argenis Serrano - @Monedistech