Leer
los versículos sin interpretarlos con la mente, sentirlos en el corazón y
materializarlos con nuestras acciones, es francamente un acto de lectura
simplista que no nos lleva para lado alguno.
Cada
día, millones de personas acuden a portales como versiculos.top a poder
leer el versículo del día o entre la recopilación de todos aquellos
provenientes de los libros sagrados que componen a La Biblia.
Los
leen, oran y rezan en conjunto a ellos y salen a las calles. Y sí la
oportunidad se presenta, hacen de su aprendizaje de los valores cristianos, un
acto de fe, humanismo e incluso justicia, porque bien que es justo llevar la
Palabra de Dios en forma de actos.
No
todo es predicar y querer explicar o contradecir la interpretación de los
demás, sean o no de nuestra misma religión o iglesia. Lo máximo que podemos
pedir es que al leer los versículos no hagan una interpretación a su
conveniencia o a la de un bando, sino que dicha lectura devenga en una interpretación
y acción que hermane sin ofender a Dios y sí educando al humano, para que
prosiga con dichas obras.
Leer
los versículos
En los tiempos convulsionados que vivimos, encontrar anclaje y dirección en la Palabra de Dios se puede propulsar por medios electrónicos, desde páginas webs dedicadas y depuradas hasta algunas aplicaciones móviles (que deben ser analizadas ya que algunas son de tendencia a la conveniencia de ciertos sectores o son traducciones inadecuadas por adaptaciones a ciertos libros.
Incluso hay versículos faltantes de los libros que no se encuentran en las ediciones de La Biblia de las iglesias protestantes y eso es un problema grande porque brindan una información y panorama sesgados que incluso puede hacer más confusas las libres interpretaciones, forjando más barreras de las ya existentes en las interpretaciones bíblicas.
Leer
los versículos es un recurso invaluable para aquellos que buscan comprender y
aplicar las enseñanzas de las Sagradas Escrituras a su vida cotidiana, sin limitarlo
a una simple lectura, sino implicando un análisis profundo -que incluso va por
encima de lo que creemos o queremos creer o saber- del significado de un pasaje
específico, tomando en cuenta su contexto histórico, cultural y lingüístico,
así como su finalidad dentro del libro bíblico al que pertenece.
Enviar y recibir los versículos
Como
bien dijimos, las aplicaciones automatizadas ni siquiera permiten al emisor
analizar del todo el contenido y cotejarlo con la claridad cultural, teológica,
literaria e histórica que le envuelve, además de ser invasivas en permisos e
incluso manifestar virus o malware.
Es
mejor visitar y analizar motu proprio a portales como versiculos.top o el
nuestro, donde leer los versículos, internalizarlos y utilizar el nunca
decepcionante “copia y pega”, del texto completo y enviarlo a tus contactos en
WhatsApp, Facebook, Instagram o X.
¿Por
qué sugerimos ello?, para estimular el acto de leer los versículos, que seamos nuestros
propios garantes de que la verdad está llegando a nosotros y siendo
retransmitida de manera pura por nosotros, apegados a material eclesiástico
convalidado por las autoridades religiosas correspondientes.
No
podemos ser más agentes propulsores del caos, ya el mundo se ha adentrado mucho
en el mismo y con eso han surgido pescadores en río revuelto que confunden a
las personas, haciéndoles leer los versículos para encontrar aquello que
quieren que Dios les dé, dejando peligrosamente de lado el que, así como recibimos,
debemos darle al mundo.
Porque
nuestras acciones hablan bien de nosotros y complacen a Dios; pero no todo está
en pedir recompensas materiales o debatir en quién tiene la razón. Al leer La Biblia
y con la modalidad de aprendizaje y conexión más sencilla y unificadora como lo
es el acto de leer los versículos, nos vamos educando para servir a Dios no con
temor y fría disciplina.
Sino
con la libertad que Él nos brindó con el libre albedrío al expulsar a Adán y
Eva del paraíso, para que hiciéramos todo para ganarnos el pan con el sudor de
nuestra frente. Y que el “pedid y se os dará”, también implica el pedirle que
nos permita las maneras de honrarle o que vea que queremos ganarnos su
presencia en nos, por nuestros actos de desinteresada bondad.
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