San
Juan, precursor y bautizante de Nuestro Señor Jesucristo.
El
Señor te envió a dar testimonio de la luz y para que todos creyeran en la luz
verdadera que vino al mundo para iluminar a cada persona.
Eres
un profeta glorioso, mayor que todos los profetas. Predicaron a Cristo
Jesús en palabras, y usted lo señaló y dijo: «Este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo».
Predicaste
el arrepentimiento, bautizaste al arrepentido en el Jordán; tuviste el honor de
tocar con tu mano la cabeza del Rey y de Dios mismo.
Eres
el primer mártir, eres el mentor de los ayunos y ermitaños, eres el maestro de
la pureza, eres un amigo cercano de Cristo.
Te
lo ruego, te pertenezco: no me niegues la intercesión. Que mi vida sea
restaurada por el arrepentimiento verdadero, como un segundo bautismo.
Pídeme la gracia del
perdón de todos los pecados y volver al camino de la verdadera vida cristiana.
Para que con tu ayuda mi gente y toda la gente de bien que a mi vida ha llegado, podamos vivir todos en la gracia de Dios y entrar en el
reino de los cielos, donde está la verdadera vida eterna.
Amén
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