La envidia nace de ver lo que los demás tienen y de
repente hay una necesidad impuesta por la falta de carácter que se tenga, para
querer y/o necesitar ello.
La envidia corroe y entristece; te llena de dudas y es
capaz de llevarte a la depresión. Te hace inventarte historias negativas y
contemplar enemigos entre tus familiares y amigos, todo porque no te quieres
comprender, no te quieres valorar, quieres empequeñecer hasta desaparecer lo
que has logrado o podrías hacer.
La envidia corroe el alma y nos aleja de Dios. De hecho
es uno de los 7 pecados capitales y cuando lo fomentas, más pecas.
En vez de envidiar, inspírate. No te robes en actos lo
que hacen los demás, róbate –por decir así-, las ideas. Con ello buscarás tu
propio motor para ser y hacer. Y no lo hagas para competir y menos para
humillar o restregarle a otros tus éxitos, pues la envidia + cinismo es socavar
a tu alma a niveles infernales.
Sí alguien tiene a la pareja o hijos que tú querías, la
envidia no te hará conseguir algo similar, más bien te alejará y te hará una
persona más huraña y solitaria, un zombi en vida, cuando podría ser luz.
Valora lo que haces y planea para tener. Más no te hagas
planes sólo de lo material, debes crear momentos, porque el dinero no llena al
alma aunque te llene el estómago y te permita viajar por el mundo. Pues sin una
conciencia limpia, un alma tranquila, una mente en sosiego y sin la
satisfacción de haberte labrado éxitos y encontrado a las personas que te
llenan la existencia, lo material jamás podrá darte el balance que buscas y
seguirás inventándote raras historias que no serán otra cosa más que más
envidia.
Lcdo. Argenis Serrano - @Romantistech
Proverbios
23:17
No envidie tu corazón a los pecadores, antes {vive}
siempre en el temor del SEÑOR.
Tito
3:3
Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios,
desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo
en malicia y envidia, aborrecibles {y} odiándonos unos a otros.
1
Corintios 13:4
El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene
envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante.
Filipenses
1:15
Algunos, a la verdad, predican a Cristo aun por envidia
y rivalidad, pero también otros {lo hacen} de buena voluntad;
Gálatas
5:19-21
Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las
cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería,
enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos,
envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os
advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios.
1
Pedro 2:1-2
Por tanto, desechando toda
malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación, desead como
niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis
para salvación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario