Primera Oración a Santa Lucía
¡Oh queridísima Santa
Lucía!, acudo a ti para que intercedas ante el Trono Divino y me consigas las
gracias que necesita mi alma para vivir en santidad.
Tú preferiste que tus
ojos fueran arrancados en lugar de negar la fe y contaminar tu alma; Y Dios a
través de un milagro extraordinario, los reemplazó con otro par de ojos perfectos
para recompensar vuestra virtud y fe, designándote como la protectora contra
las enfermedades de la vista. (Nombrar aquí su intención)
Oh, apreciada Santa
Lucía, vengo a ti para que protejas mi vista y sanes la enfermedad en mis ojos.
Ayúdame a conservar la
luz de mis ojos para que puedan ver las bellezas de la creación, el resplandor
del sol, el color de las flores y la sonrisa de los niños.
Preserva también los
ojos de mi alma, la fe a través de la cual puedo conocer a mi Dios, entender sus
enseñanzas, reconocer su amor por mí y a nunca perder el camino que me lleva a
donde tú, Santa Lucía, te encuentras en compañía de los ángeles y los santos.
Oh Santa Lucía, protege
mis ojos y conserva mi fe. Amén.
Segunda Oración a Santa Lucía
¡Oh bienaventurada y
amable Santa Lucía!, universalmente reconocida por el pueblo cristiano como
especial y poderosa abogada de la vista; llenos de confianza a ti acudimos
pidiéndote la gracia de que la nuestra se mantenga sana y que el uso que
hagamos de nuestros ojos sea siempre para bien de nuestra alma, sin que turben
jamás nuestra mente objetos o espectáculos peligrosos y que todo lo sagrado o
religioso que ellos vean se convierta en saludable y valioso motivo de amar
cada día más a nuestro Creador y Redentor Jesucristo a quien por tu
intercesión, oh protectora nuestra, esperamos ver y amar eternamente en la
patria Celestial. Amén.
Tercera Oración a Santa Lucía
¡Oh Dios, nuestro
Creador y Redentor!, escucha nuestras plegarias con misericordia al venerar a tu
sierva Santa Lucía, por la luz de la fe que derramaste sobre ella.
Con Tu bondad, danos la
capacidad de aumentar y preservar esa misma luz en nuestras almas, para que
podamos evitar el mal, hacer el bien y aborrecer la ceguera y la obscuridad
producto del mal y del pecado.
Confiando en Tu bondad,
¡Oh Dios!, humildemente te pedimos, por la intercesión de tu sierva Santa
Lucía, que nos brindes perfecta visión a nuestros ojos, para que puedan servir
a tu honra y gloria y por la salvación de nuestra alma en este mundo para gozar
de la luz perenne del Cordero de Dios en el Paraíso.
Santa Lucía, Virgen y
mártir, escucha nuestras plegarias y atiende nuestras peticiones. Amén.
Cuarta Oración a Santa Lucía
Santa Lucía, que de la
luz recibiste tu nombre, a ti confiadamente acudo para que me alcances la luz
celestial que me preserve del pecado y de las tinieblas del error.
También te imploro me
conserves la luz de mis ojos, con una abundante gracia para usar de ellos según
la voluntad de Dios.
Haz, Santa Lucía, que,
después de haberos venerado y haber agradecido este ruego, pueda finalmente
gozar en el Cielo de la luz eterna de Dios. Amén