domingo

No Cometerás Actos Impuros, No Desearás a la Mujer de tu Prójimo

Es difícil controlar a la “loca de la casa”, como le decía Santa Teresa de Jesús a la imaginación; mucho más difícil controlar las acciones físicas. Pero en ambos casos no es imposible, millones de personas en la historia de la humanidad así lo han confirmado, entre ellos usted y yo. 

 

no desearás

Hay que ser estoico para lograrlo

En estos 100 años se ha hecho material para adultos, cada vez más subido de tono, pero enfocado en el hacer y aprender. Sólo que la gente no lo ve como un aprendizaje para enfocarlo con quien ha de ser, sino para inducirse a los excesos, la bohemia y cualquier tipo de perversión.

 

En dicho material, como el que muchos usuarios ven actualmente en Grupos Telegram para mayores que se enfocan en brindar creatividad y segmentación a los diversos gustos en el cine para adultos, allí se nos muestran mujeres y hombres que están brindando el permiso debido para que se les vea ejecutando lo que ellos conjugan como actuación, pasión y desenfreno, aunque dicho desenfreno es estéril ya que lo están actuando al no cohabitar con quien de verdad quieren.

 

Aquí comienza la diatriba, ¿Estoy deseando a la mujer del prójimo?, ¿Difícil responder!, especialmente en esta era donde las mujeres dicen ser independientes y no ser de ningún hombre, sino ser de ellas mismas. Algo muy bueno, pero mal planteado, aunque eso es tema para otro artículo.

 

La estás viendo al natural y la imaginación se desborda. Sucede igual con las mujeres que consumen este contenido viendo a hombres, los desean en la imaginación. Pero saben que no se les hará realidad por lo lejano y porque sus propias convicciones así se lo impiden, afortunadamente.

 

Sin saberlo, están frenando los actos impuros al saber que lo que ven es algo similar a la ficción, que sólo es un producto a consumir discretamente. Y ese aprendizaje no lo asimilan hasta que llega el momento de la verdadera prueba:

 

¿Hago eso o no lo hago?, ¿Dejo estas ganas de darle rienda suelta a mi pasión corporal o la reprimo y destierro?, esa batalla interna es permanente, cuando aparecen las tentaciones u “oportunidades”, que engranan con la situación.

 

Es allí donde tus pensamientos, espíritu, respeto por tu pareja o de ser soltero/a, respeto por ti misma y por las órdenes de Dios, se ponen a prueba. Tú decides, debido a tu libre albedrío, si caes o emerges victorioso al no caer en la tentación.

 

Le pedimos a Dios en el Padrenuestro, “no nos dejes caer en la tentación”, pero ante la oportunidad caemos y –pútridamente- hay quienes le echan la culpa a Dios que no les frenó y están pagando consecuencias.

 

El punto está en que dejaste que el deseo por la mujer ajena o el hombre ajeno te ganó y ya lo habías imaginado así. Y encontraste una imaginación y alguien que no reconoció ser ajena, que se prestó para ello.

 

Ahora, si ambos son solteros, ¿Dichos actos son impuros?, posiblemente sí, si no tienen algo de lo siguiente:

-         Respeto por el otro, sólo verle como un cuerpo sin alma.

-         No estar claro en sus verdaderas intenciones.

-         Sólo pensar en aquello que les dará placer físico, sin estimular el área intelectual ni conectar en lo emocional, en las limitaciones afectivas que se coloquen.

-         Tomarlo como modus vivendi.

 

En estos tiempos en que el amor padece, conectar física y anímicamente tiene un valor adicional, para que la gente no se desvíe, se seque, se desconcierte y amargue.

 

Quizás el ver páginas web como telegramxxx.info pueda ser un catalizador para ver aquello que existe y que no harías, como quien ve una película de fantasía y ficción.

 

Pero será la inteligencia emocional y el claro conocimiento que desear a la mujer ajena (casada o prometida, especialmente las realmente enamoradas), es pecado. Aplica también con el hombre casado y enamorado.

 

Hay más mundo para ver y personas para conocer. Codiciar a alguien porque no te tocó y querer arrebatarle del lado de su persona amada, ya te crea vileza. Darse una escapada o aventura, también.

 

Por ello hay que saber dominar a la imaginación y que esta no haga realidad todo aquello que va a terminar afectándote espiritual y cristianamente; sólo utilizarla para crear momentos y encuentros con quienes tengan la misma libertad que tú, en espera de que ello pase a otros niveles.

 

Directamente, respeta a la persona que tiene ya un ser amado o tiene bienes que se ganó con amor y esfuerzo; eso te hará mejor persona. Más bien emula su actuar y verás que la vida de una u otra forma te lo compensa, porque el bien siempre es reconocido por Dios, sea aquí como en la eternidad.

 

Lcdo. Argenis Serrano 

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