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La Más Poderosa Oración a la Sangre de Cristo

El origen de “la más poderosa oración a la sangre de Cristo” se basa en el significado de la sangre de Cristo como símbolo de su sacrificio expiatorio por los pecados de la humanidad. 


Según el Antiguo Testamento, el pueblo de Israel tenía que ofrecer animales en el altar del templo para obtener el perdón de Dios. Sin embargo, con la venida de Jesús, se estableció un nuevo pacto basado en su sangre derramada en la cruz, que tiene el poder de limpiar y purificar a todos los que creen en él.

La más poderosa oración a la Sangre de Cristo busca invocar ese poder salvífico y protector para nuestras vidas, nuestras familias, nuestros trabajos y nuestra patria. Se trata de una oración de confianza y entrega a la voluntad de Dios, que nos ha amado tanto que entregó a su Hijo único por nosotros

La oración a la sangre de Cristo es una oración de intercesión y protección que invoca el poder salvífico de la sangre de Jesucristo. Hay varias versiones de esta oración, pero una posible es la siguiente:

sangre de cristo

 

Oración a la Sangre de Cristo

Que su sangre cubra mi cuerpo para que funcione como escudo ante el mal.

Cristo, hijo de Dios, confío en ti y el poder de tu sangre para sentirme a salvo de las maldades que me rodean.

No permitas que el demonio rompa el escudo que me has dado para protegerme.

Agradecido de tu misericordia, yo (nombre) me entrego a tu causa para que me selles y así ser uno contigo.

Que la sangre poderosa de Cristo, cubra mi vida, mi cuerpo, mi mente, mi sueño, mi reposo y mi despertar.

Gracias Señor Jesús, por tu sangre preciosa derramada en la cruz, porque por tus llagas fuimos nosotros sanados.

Amén.

 

¿Qué dice la Biblia sobre el poder de la sangre de Cristo?

La Biblia dice mucho sobre el poder de la sangre de Cristo, que es el fundamento de nuestra salvación y nuestra esperanza. Algunos versículos que hablan sobre este tema son los siguientes:

Efesios 1:7: En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia.

Hebreos 9:14: ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?

1 Juan 1:7: Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.

Apocalipsis 12:11: Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

Juan 6:53-56: Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.

Recop.: Lcdo. Argenis Serrano 

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