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Cuevana y el buen proceder

En el mundo de la Internet, sea entre las páginas web, blogs, foros y/o redes sociales se abren sendos debates que van desde lo legal hasta lo ético. Incluso incluyen la opinión de autoridades o personas que se muevan en los predios religiosos para consultar sobre ética.

La pregunta recurrente en los últimos tiempos –palabras más, palabras menos- ha sido si el sitio web de cuevana está haciendo algo legal o ilegal, moral o inmoral, necesario, alternativo.

Quien suscribe, que tiene amigos religiosos tanto del catolicismo, cristianismo, evangélicos, testigos de Jehová; en el judaísmo, hinduismo, budismo; conozco musulmanes e indígenas que creen en sus dioses. Tengo colegas ateos, parapsicólogos, tarotistas, mormones, masones y no sé si más.

Obviamente no he consultado a todos, pero ellos ven legalidad en este portal ya que no existe robo como tal, sino interconexión, porque Cuevana crea enlaces a otras páginas donde se puede observar la película.





Entonces, ¿Por qué la controversia?

Nunca a ninguna empresa ligada a la producción de películas o series u obras de teatro u otros espectáculos se ha sentido bien a gusto con los portales o personas que brindan alternativas gratuitas a las personas para acercarlas a la magia del cine.

Famosa es a historia de un párroco en Maracaibo – Venezuela que realizó jornadas de cine en la calle para que chicos y grandes de las comunidades más necesitadas pudieran ver películas.

Algunos dueños de varios denunciaron la actividad argumentando que les restaban clientes; cuando la policía asistió y vio que no era material robado que derivaba de otros servidores legales y además observaron el beneficio de la comunidad, desestimaron desmontar la acción social.

Y ninguna demanda prosperó en ese caso ni ha prosperado en países como Estados Unidos donde son tan circunspectos al respecto. Y Cuevana no ha sido la excepción y se ha mantenido desde su país de origen y en todos los países pese a los constantes ciberataques y falsas demandas en su contra.

Allí sí existe un pecado, pero por parte de los atacante: la mezquindad. Porque niegan a quienes no pueden pagar, de los parabienes de las artes y los espectáculos plasmadas en producciones cinematográficas de ayer, hoy y siempre.

Cuevana es, como muchos otros portales, un reducto de alternativas válidas para que cada quien desde su dispositivo móvil o computadora de escritorio, pueda entretenerse justa y sanamente.

Ponerse a ver pecados donde no los hay o para disimular que se están amparando los pecados reales, hace que el mundo empeore.

Más cuando hay emprendedores llenos de osadía sana, que se saltan los límites sin abusar de ellos, para darle alternativa al conglomerado, como hace el equipo de Cuevana, ratificamos que este mundo sigue teniendo salvación y oportunidades, mientras la gente buena siga despertando en todas las ramas del conocimiento y la productividad.

Lcdo. Argenis Serrano

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