El valor de la simbología en
el cristianismo es una forma de concatenar lo humano con lo divino en formas
comunicacionales idóneas para la comprensión universal.
Cada momento que
construye a la Iglesia va en paralelo con lo que es la historia del mundo,
entrelazándose como manera de equidad entre la fe, la acción y la demostración
física o tangible de lo que de manera etérea ronda dentro y fuera de nuestro
ser.
Todos los meses el
cristianismo demuestra símbolos valiosos que demuestran amor y comunión acorde
con fechas y acciones que dieron rumbo a las sociedades contemporáneas, tanto
las unidas al cristianismo como a las que no, ya que no existe distingo aunque
no sea recíproco; el del cristiano nunca debe ser un amor dado sólo sí recibe,
es un amor que da sin esperar a cambio más que la felicidad y la comunión con
Dios, sí no es de palabra, de hechos.
Una manifestación simbólica
es la de la corona de adviento, que cada año engalana a las mesas navideñas
como parte del ritual no como adorno, sino como una forma de demostrar en su
entrelazado la firmeza de la unión familiar sin importar la distancia física o
el partir de este mundo al encuentro con el Señor. Las raíces del amor son
siempre la honra, el respeto, la humildad, la caridad, el perdón, la gracia, la
buenaventura y la fe, un entramado tan fuerte que es un vínculo que acompaña a
los familiares desde el primer momento de su concepción. Ante la corona de
adviento, con brindis, compartiendo la comida y el esfuerzo, se cimientan esos
valores y dones.
La corona de adviento también
se coloca ante las puertas como manifiesto de unión en la familia y
participación de bienvenida para los andantes y demás personas que pueden en
ella conseguir refugio.
Velas: luz de la corona
La corona no sólo brilla por
su significado sino porque la construcción de la misma son pasos de luz
enmarcados en los domingos de adviento antes de la llegada del Niño Dios.
Cuatro
velas (tres moradas y una rosa, por ejemplo) son el epicentro de los parabienes de la corona.
El estudio del significado e interpretación de las velas que anteceden a la venida del Redentor ha sido
un hecho que, afortunadamente, la web nos puede mostrar de manera didáctica en los
detalles y sensibilización sobre éstos esenciales elementos que bordean al
verdor de la corona de adviento; las mismas son un núcleo de calor que nos dice
“que la esperanza nunca se apague”.
La oración, cánticos, sinceros
arrepentimientos y proyectos factibles a realizar en nombre de los suyos, país
y de uno mismo, además de sus reflexiones, son las manifestaciones sinceras que
los cristianos dan ante la corona de adviento.
Sus velas también significan lo que las personas en
ese hogar son para los demás.Argenis Serrano - @Romantistech
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