domingo

Gracias DIOS, por Todo


Un día, un Ángel estaba cruzando desde ese desierto, y el pájaro detuvo al Ángel y preguntó "¿a dónde vas?" El Ángel respondió: "Voy a encontrarme con Dios".

Así que el pájaro le pidió al ángel que por favor le preguntase a Dios cuándo terminaría su sufrimiento. El Ángel le dijo "por supuesto!, lo haré" y el Ángel se despidió del pájaro.  

Al llegar al lugar de Dios le compartió el mensaje del pájaro. Ángel le contó su patética condición y preguntó cuándo terminaría su sufrimiento. Dios respondió: "En las próximas siete vidas el pájaro tiene que sufrir así; ninguna felicidad hasta entonces".

El Ángel le respondió que cuando el pájaro oyera esto, se desanimaría. Entonces le pregunto si podría sugerir alguna solución para esto.

Dios le respondió: Dile que recite este mantra: "Gracias Dios por todo".

Ángel volvió a encontrar al pájaro y le entregó el mensaje de Dios.

Después de siete días, el Ángel pasó de nuevo por el mismo camino y vio que el pájaro estaba muy feliz; las plumas habían crecido en su cuerpo, una pequeña planta creció en la zona desértica, un pequeño estanque de agua también estaba allí, el pájaro estaba cantando y bailando alegremente. El Ángel estaba asombrado de cómo sucedió esto: "Dios dijo que por siete vidas, no habría felicidad para el pájaro" ... con esta pregunta en mente, fue a visitar a Dios.

El Ángel preguntó y Dios respondió: "Sí, estaba escrito que no habría felicidad para el pájaro por siete vidas, pero todo cambió debido a que  el pájaro estaba recitando el mantra "Gracias a Dios por todo" en cada situación.

Cuando el pájaro cayó sobre la arena caliente, dijo "gracias a Dios por todo"; cuando no podía volar, dijo "gracias a Dios por todo", así que sea cual sea la situación, el pájaro siguió repitiendo "Gracias a Dios por todo" Y por lo tanto el karma de los siete tiempos de vida se disolvió en siete días".

Cuando escuché esta historia, aterricé en una zona de energía diferente, sentí un enorme cambio en mi forma de sentir, pensar, aceptar y ver la vida.

Adopté este mantra en mi vida. Cualquiera que fuese la situación que enfrentara, comencé a recitar este mantra 'GRACIAS DIOS POR TODO'. Me ayudó a cambiar mi punto de vista de lo que no tenía y de lo que tengo en mi vida.

Del mismo modo, empecé a usar este mantra en mi vida con todo lo que me puedo relacionar. 

Compartimos esta historia con toda mi familia y amigos también lo que trajo un gran cambio en su comportamiento.

Este simple mantra realmente tuvo un profundo impacto en mi vida, comencé a sentirme lo bendecido que soy, lo feliz que soy, lo buena que es la vida!

El propósito de compartir este mensaje es hacernos conscientes de lo poderoso que es el poder de la gratitud. Puede remodelar nuestra vida.

Una simple palabra, un simple pensamiento, que nos enseña a ser agradecidos por todo lo que tenemos en nuestra vida, tiene poder para disolver el equipaje kármico que llevamos de tantos tiempos de vida. 

Reciten este mantra continuamente para experimentar el cambio en su vida.

Termino este artículo con las hermosas líneas:

Sea agradecido, y vea el cambio en su actitud.

Sé humilde y nunca tengas dudas.

Gracias Dios por todo...

sábado

Orar por las Víctimas del #Sismo, Sí Sirve

Luego del sismo en México que afectó a la Ciudad de México y otras ciudades aledañas, por las redes sociales se enviaron miles de deseos de fortaleza y oraciones por las personas fallecidas, heridas y sin hogar.

Resultó que los no afectos a la iglesia católica o demás religiones, dígase ateos o adversos a los rituales en templos, comenzaron a enviar mensajes de molestia porque la gente no aportaba dinero ni esfuerzo, sino oraciones y buenos deseos, diciendo que eso de rezar no sirve.

Se respeta que se expresen, se comprende la situación qu están pasando, más podemos asegurar que la oración sirve. La oración es petición a Dios, que obra de maneras milagrosas que los seres humanos buscan justificar con ciencia y lógica.

El que no cree en la oración, siente un profundo temor por estar equivocado en ello, le temen a que sí sirva, por eso atacan primero.

Más los buenos deseos, las peticiones al Dios Todopoderoso, a la Virgen (en especial a la advocación a la Virgen de Guadalupe en este caso y a la patrona o el patrón de su país o tierra habitada), a los ángeles, a los santos, esa petición o peticiones sí sirven en los resultados de la ley de vida, el renacer, la sanación, la paz interior, la reconstrucción, la resiliencia.

Orar no te puede doler ni ofender. Hay quien no tiene dinero, ¿le vas a desestimar lo que tiene y te da, que es la petición al altísimo por tu bienestar, sin conocerte?, y aunque tengas dinero, ¿es acaso malo que el corazón hable con Dios, por ti?

Orar es conversar, orar es humildad, orar no es magia ni mentira. Orar es la expresión hablada, escrita, aprendida, heredada, sentida de la fe. Nada te quita y mucho te da.

Oración con amor es hacerla por y para todos. Salud y redención, hermanos mexicanos.

Dios mío, Venezuela clama tu JUSTICIA

Dios Mío, Padre Celestial... pedimos desde Venezuela la justicia real, la que sólo tú puedes aportar, ya que quienes estudiaron para detentarla, o lo hacen con villanía, parcialidad y de manera sesgada, o no pueden ejercerla porque los más viles tienen el control.

Dios Mío, Padre Celestial... sí, Venezuela cometió errores, pedimos perdón y los reconocemos. Ante ti clamamos que nos liberes de la carga presente que venimos acarreando y que amenaza con dañar el futuro que tú permites, el de crecer y multiplicaos, de ganar el pan con el sudo de la frente, el de amarnos los unos a los otros, el ser felices y hacer felices a los demás, el de llevar una vida de bien.

Dios Mío, Padre Celestial... no es posible que haya tantos descarriados que se fueran por el camino del mal, gozosos de portar arma y accionarlas, de pegarle como desalmados a los desarmados, de torturar y asesinar por el puro gusto, dizque cumpliendo órdenes, por sentirse mejor con su machismo, de creerse superiores en una falsa escala evolutiva, de sentirse respaldados por seres viles que el demonio dirige en contra de tu grey.

Dios Mío, Padre Celestial... requerimos que así como libraste al mundo del mal con el diluvio, pero que prometiste con el arco iris como testigo que jamás lo repetirías; así como acabaste con Sodoma y Gomorra por ser lugares de perversión; así como a través de Moisés ayudaste a Josué a vencer a los enemigos, te pedimos fervientemente que otorgues la justicia debida, más no letal, distinta pero muy tuya, contra tu pueblo de Venezuela.

Dios Mío, Padre Celestial... tal cual ayudaste al pueblo de Israel a salir de Egipto y depuraste de las generaciones que se corrompieron, te pedimos saques de aquí y de todo el planeta a quienes detentan el poder para ellos solos, pensando en su bienestar forjado en la sangre, dolor, llanto, trabajo de los habitantes de esta tierra noble, consagrada a ti, mi Señor y Dios verdadero.

Dios Mío, Padre Celestial... no pedimos muerte ni fusilamientos, ni quitar a unos para poner a otros peores, pedimos justicia, es inaudito que tan pocos viles, tengan tanto poder, ya sea civil o militar, pero poder del falso, el del miedo, el dinero, las armas, nada que ver con tu poder, el del amor, de la justicia, la equidad, la verdad, la humanidad y el del respeto por todas las cosas, personas y seres con vida.

Dios Mío, Padre Celestial... escucha a la gente de bien de Venezuela, la que ve que un futuro con falsas leyes del hombre, redactadas a la medida de sus gustos, necesidades y empoderamiento, harán de ésta una tierra de esclavos, cuando era una tierra de libertad y ayuda.

Dios Mío, Padre Celestial... te pedimos un plan de lucha, que abras los ojos y las mentes de quienes están siendo engañados, de quienes están recelosos, de quienes critican pero no aportan, de los que callan porque no ven las consecuencias, de quienes han sido comprados. Ayuda mi Señor a que se develen las verdaderas intenciones de los villanos y por ellas sean vistos, señalados, condenados, abandonados, olvidados y llevado ante personas con real criterio de ley para que paguen sus fechorías disfrazadas de verdad.

Dios Mío, Padre Celestial... no permitas que los oportunistas lleguen después y tomen el control para hacer lo mismo, con otro rostro o matiz; este país al que diste tantas bendiciones en su fertilidad, minerales, clima, agua, personas, no puede seguir siendo fustigado por quienes dicen hablar y hacer en el nombre del bien, escondiendo muy poco con sus palabras, lo que sus viles acciones denotan como su forma de ser.

Dios Mío, Padre Celestial... quítales el poder a quienes lo detentan y permite a tu pueblo que pueda renovar, depurar y mejorar, inspirado en tu amor y en la redacción de las lees correctas que los hombres pudieron lograr bajo tu tutelaje y bendición, porque desde su nacimiento se los permitiste, conocer y hacer lo debido.

Dios Mío, Padre Celestial... te lo pedimos de corazón, y de ser posible, pronto, ajustados a tu tiempo perfecto, al que nos debemos ajustar, ya que el tiempo que dan los humanos del mal, que de humanidad ya nada tienen, es cada vez menor.

Dios Mío, Padre Celestial... permítenos, luego de hacer Usted su obra de develar el mal, que seamos instrumento idóneo para cumplir esta misión de vida, hacer que la tierra donde nos permitiste nacer, sea libre, ecuánime, justa, de todos los que hacen el bien y que más nadie tenga ya oportunidad de hacer el mal. Y que no corra más sangre inocente, ni se enerve más el afectado, que su pensamiento y corazón sean calmados y efectivos guiados por tu ejército de ángeles, esos que vienen a hacer el bien sin anarquía.

Dios Mío, Padre Celestial... gracias por escuchar en mi mente y corazón, lo que quienes me leen están analizando y quizá, sintiendo en aprobación, aumento o negación.

DIOS MÍO, PADRE CELESTIAL... es hora de tu balanza de justicia, Venezuela de ti  es y siempre te necesita. Equidad para que todo vuelva a la evolución, mejora y equidad. Amén.

domingo

Derrotar al satanismo en todo lugar y momento

No vamos a ponernos a hablar de qué es el satanismo de la manera convencional. El significante y el significado son harto conocidos por todos los que creen en Dios y en Cristo.

Pero sí debemos hacer referencia a lo que muchos creen que es el satanismo. Para algunos es una mera palabra de rebeldía, otros, una forma de ateísmo y de no creer en la iglesia, para otros, una burla ideal de lo que creen y sienten quienes están a su alrededor. Para otros es una banalidad, un divertimento, algo que en verdad no importa ni existe.

Lamentablemente el satanismo sí existe. Y comienza en la indiferencia, en no creer que pequeñas y sencillas cosas puedan causar cosas mayores y mejores; es no creer en sí mismo por su condición social. Es ver sombras donde no hay luz ni bultos.

El infierno está en La Tierra, no precisamente debajo de ella, sino en las acciones de cada quien, las que no son de corazón y en las que salen de mala gana desde el corazón.

El infierno y el satanismo son la indiferencia, el desgano, el creerse infalibles, en sacrificar a algunos dizque para beneficiar a otros. El satanismo en mentir y mentirse, es envidiar, es querer más de lo que puedes controlar y sin ganarlo de manera legal.

El satanismo es creer que la sangre derramada por otros no duele; la saña, la burla, el gozo con el dolor ajeno. Es demeritar a la simbología y creer que las cosas que tienen mal gusto, significado, origen y uso, no tienen un porqué de maldad.

El satanismo está en quienes buscan sólo la maldad y los errores de quienes procuran hacer el bien. No entienden a los seres humanos. El satanismo está también en quienes divinizan a otros seres humanos sin ser ecuánimes entre el acertar y el errar, sólo ven la conveniencia, no hacen un apartado entre la emoción y la razón.

El satanismo está en no rezar y en burlarse o despotricar de quienes sí oran. No creen en la conversación persona – Dios ni en los ángeles. La Virgen María y los seres de luz, que no son más que aquellos fieles difuntos que en vida fueron buenas personas en su humanidad y que no deberíamos dudar, son el ejército bueno y noble de Dios que llamamos ángeles guardianes.

El satanismo es convidar a otros, como por ejemplo en páginas de Facebook o blogs temáticos a que pierdas la fe, a que no te importe tu vida ni la ajena, a que saques lo peor de ti para gozo de otros. Que seas una marioneta.

Para acabar con el satanismo, no sólo debemos creer en Dios, sino debemos pedirle que nos acompañe en esta cruzada contra las cosas y acciones y personas que disfrutan del mal, para negarlas, atacarlas con hechos y fe, derrotarlas sin que la sangre brote.

Así, la serpiente demoníaca será derrotada, cuando no tenga terreno en nuestros corazones para conseguir cómo desarrollarse. Allí sí tendría cabida el ver al mal y observarle derrotado. Sí pide clemencia y oportunidad, se le enseña a ganarla; sí quiere morir, pues que muera, ya su semilla no dará fruto.


Hay que enseñarles a niños y jóvenes que todo mal, se niega, rechaza y se aleja, de allí, satán pierde.

Tácticas del Demonio para alejarnos de la Oración

Hay personas que no se toman su día libre, sus vacaciones, tal vez una siesta y una pausa para tomar un café con un sentimiento de alivio. Esas personas están siempre buscando una oportunidad para atacar, derribar, esclavizar o conquistar. ¿Quiénes son estas personas? Por si no lo adivinaron: ¡son los demonios!

San Pedro compara al demonio con el rugir de un león que busca la oportunidad para devorar a su presa, es decir, ¡para devorarnos a nosotros!

El demonio puede atacar a cualquier hora y en cualquier lugar. Es astuto, muy inteligente y despiadado. Sin embargo, hay un área en específico en la que él es más propenso a atacarnos: ¡nuestra vida de oración!

San Ignacio nos recuerda que el demonio ataca cuando nos encontramos en un estado de desolación. Con eso nos referimos a la falta de fe, esperanza y caridad, a un sentimiento de tristeza y desánimo que lleva a la depresión, tibieza y al letargo.

Nuestra visión sobrenatural se nubla y oscurece. Es como si se estuviese en una nube negra o dentro de un túnel oscuro que parece no tener salida. Éste es el estado de las almas al que apunta el demonio y les lanza sus dardos mortales.

¿De qué maneras puede el maligno (Santo Tomás), el león rugiente (San Pedro), el perro atado furioso (San Agustín), el enemigo mortal de nuestra salvación (San Ignacio), el mentiroso y asesino del comienzo (Jesús en Jn 8), el demonio atacar nuestra vida de oración? ¡Veamos!

1.- Procrastinación.
Te puede tentar de la siguiente manera: "No hay apuro; pospón tu oración para mañana. Dios entiende; Él conoce tus pensamientos y sentimientos. Dios no tiene prisa, tampoco tú la deberías tener".

2.- Hacer menos oración.
Bueno, si el demonio no puede vencerte haciendo que pospongas tu oración para mañana, entonces hará que ores menos. En lugar de asistir a una Hora Santa, haz una visita de 30 minutos; deja de asistir a Misa diario.
Sólo es necesario que asistas los Domingos. ¿El Rosario? En lugar de rezar todo el rosario, el demonio hará que solamente reces una o dos décadas.

3.- Distracciones en tu oración.
Otra táctica del demonio es hacer que pierdas la concentración.

En lugar de enfocarte en Dios, terminas enfocándote en algún asunto irrelevante como qué cocinar luego, quién está jugando tal o cual deporte, qué planes hay para el fin de semana.

4.- Pierde el tiempo.
El demonio no da tregua en sus ataques a la persona que se ha comprometido a una vida seria de oración.

Como nos recuerda la Palabra de Dios: "Si decides seguir al Señor, prepárate para la batalla".

El demonio te puede tentar de la siguiente manera: Estás malgastando tu tiempo al orar. Mejor has lo imposible para ayudar a tu vecino. ¿Recuerdas a Jesús con Marta y María?

El demonio promueve el activismo al punto de convencernos de que nuestro trabajo es mucho más importante que nuestra vida de oración y conversación con el Señor.

Recuerda que Jesús vino en defensa de María cuando estaba sentada a sus pies y le escuchaba atentamente – ¡éste es un verdadero modelo de contemplación!

5.- Aún eres la misma persona
Estás orando más que antes, pero en realidad no eres mejor que antes y muchas personas te han dicho esto.

Por lo tanto, mejor abandona tu vida de oración y vuelve a la vida normal, cómoda y fácil que la mayoría de tus amigos y socios llevan.

6.- Sentimientos
El demonio puede tentarte de esta manera. Puede engañarte haciéndote creer que tus oraciones no van a ningún lugar por la sencilla razón de que no experimentas emociones ni sentimientos fuertes cuando oras.

Antes experimentaste esos sentimientos y emociones en ese primer retiro carismático, pero las emociones cesaron y la oración es más tranquila y pacífica.

Cualquier buen director espiritual o texto sobre la teología de la oración indicará que la ésta no depende siempre de emociones sino de la confianza en Dios.

7.- Dios se muestra callado y no responde a mi oración
Puede suceder que hayas orado durante mucho tiempo por una intención en específico, quizás hayas ofrecido novenas y Misas, pero esa intención no ha sido respondida.

El demonio puede convencerte de no orar, o de que la oración es un ejercicio inútil, una pérdida de tiempo.

Para algunos, el demonio describe a Dios como una especie de Santa Claus en el cielo o como un genio listo para salir de la lámpara si la frotamos lo suficientemente fuerte. Si no me contesta, Dios no existe.

8.- Desastres y ausencia de Dios.
Tal vez algunos desastres se han presentado en tu vida: pérdidas económicas, desafíos financieros, o incluso la muerte de un ser querido. ¿Cómo puede un Dios tan bueno permitir que esto suceda?

Un buen Dios no permitiría esto, si en realidad Él es bueno. Nuestra salvación puede ser el libro de Job: "Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá volveré. Yavé me lo dio, Yavé me lo ha quitado, ¡que su nombre sea bendito!" (Job 1,21)

9.- Tentaciones en contra de la castidad.
Ha sucedido incluso en la vida de los santos – Santa Catalina de Siena, Santa Margarita María, San Antonio del desierto – ser atacados frecuentemente contra la virtud de la pureza.

El demonio usa muchas y diversas maneras de tentación para disminuir la vida de oración e incluso extinguirla.

10.- El Desespero.
Tal vez el ataque más fatal del enemigo es convencernos de ceder ante la desesperación.

Éste fue el caso de Judas Iscariote. Si se hubiese arrepentido, tal vez alrededor de todo el mundo tendríamos iglesias con el nombre: "San Judas el penitente".

Pedro se arrepintió y fue perdonado y se convirtió en santo. Después de que caemos en pecado, el demonio nos acusa y condena y nos lleva a la muerte y a la desesperación.

El Espíritu Santo nos consuela y nos llena de ánimo con la confianza y esperanza en la infinita misericordia de Dios. JESÚS EN TI CONFIO.

En conclusión, debemos aferrarnos a la oración como si fuese un chaleco salvavidas, el aire que nos mantiene vivos, el ancla o nuestra salvación. 

Si el demonio nos tienta a abandonarla o a orar menos, entonces deberíamos seguir el consejo Ignaciano de “agere contra” para hacer exactamente lo contrario e intentar orar más y mejor; así ganaremos la batalla.


Autora: María Mercedes Vanegas
https://www.pildorasdefe.net

Entradas populares