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viernes

Dios, Ilumina nuestro Entendimiento, Amén

 

Mente sana en cuerpo sano”, sentencia directa y muy necesaria que ha trascendido los siglos pero sigue estando muy atrás en la aplicación en los seres humanos, sea por factores externos o peor aún, por convertir a nuestras mentes en una celda.

Dice el Padrenuestro, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, una manera directa de depurar el, mal de nuestras almas, corazones y mentes. Pero cuando no perdonamos a alguien, dejamos de perdonarnos a nosotros y vamos perdiendo luces en nuestra mente dejando entrar oscuridad.

El olvido, el rescindir una amistad tóxica  e inconveniente es sano. Pero andar despotricando e inventando falsos o destruyendo lo ocurrido dizque para olvidar, es insano y convierte a la mente en un muladar.

No estar claro en nuestras obligaciones para con las leyes humanas es también una forma de andar esquivos a la realidad. Los compromisos legales no se saltan, no se obvian, no se sobornan, sino que se cumplen.

Así sea el sacar una patente de comercio, pagar una multa de tránsito, cumplir cabalmente con los trámites de la cita SEPE, apostillar unas notas certificadas, pagar pensión alimenticia, cancelar los impuestos municipales o ejercer el derecho al voto en elecciones legalmente convocadas, etc., el cumplimiento nos depura del cinismo, de la desidia y mucho más aún:

Nos alejan del mal pensamiento de creer que porque lo hacemos así está bien y si así lo hicieren los demás está mal y merecen ser destruidos con palabras hirientes.

Hacer el bien no debería ser una opción. Ni siquiera una obligación. Simplemente una naturaleza. Muchos piensan en lo que más les conviene y saquen partido, dividendo y gozo espurio. Mas no piensan que haciendo el bien van teniendo su mente en paz.

cita sepe


Aquellos que atacan “para que las cosas cambien”

Se ha despertado en Iberoamérica una especie de peste social que ha creado en miles de personas la necesidad de romper lo establecido para con esos escombros colocar un nuevo orden que no es más que “su” nuevo orden.

Dañan iglesias como mensaje de que todo está dañado. ¿Acaso crear más desastres es un llamado de atención, un claro mensaje de auxilio y reconstrucción?, pues no lo parece.

El vandalismo, el querer pasar por encima de lo que muchos respetan, aceptan, entienden y comparten nada más para que sea cambiado, “a su imagen y semejanza”, no deja de ser una tremenda herejía a compararse con Dios, siendo unos seres humanos que ni a hombres de maíz del Pópol Vuh parecieran querer llegar,

Critican lo que no tiene saña sino que se hace con gracia para llevar un metamensaje muy claro de “esto no es lo que conviene”. Y sus comentarios llegan a ser más malévolos que los realizados por humoristas, filósofos, teólogos, algunos políticos, comentaristas y hasta tuiteros o foristas de redes sociales.

Separan animales dizque porque el macho agrede a la hembra al hacerle suya sin consultarle, yendo no sólo contra los instintos de reproducción y supervivencia de las especies, sino de la propia humanidad.

Quieren resolver violencia con más violencia y cuando se les pide concertar ideas, técnicamente no tienen alguna que no se pueda conseguir en leyes civiles y en el sentido común, tan sólo porque voltearon el sentido de las cosas y contra ello se fueron, directo a la yugular de un mal inexistente y que terminaron de crear.

Es momento de contemplar la posibilidad de las negociaciones que deriven a diálogos y no al revés. Porque ya todas las cartas están sobre la mesa y los malos, equivocados, amenazadores, armados, anti – todo, haters, corruptos, envilecidos, sectorizados en su género, raza o credo, deben ya comprender que el mundo no les dará más cabida.

El hambre, las fallas de los servicios, las malas economías, la saña, la violación de los derechos humanos, la no trascendencia organizada en las leyes y reglamentos, la mofa y la burla tienen que tener ya un fin y eso sólo se logra con:

Organización, debate, unión, rectitud, disciplina; eliminar el personalismo y la conveniencia. Jamás minimizar un mal hecho por nosotros o los nuestros, no aplaudir las majaderías ni desdenes. Dejar de estar buscando oscuridad en las cosas y manifestarla a los buenos corazones.

El rencor, la envidia, el orgullo, la infidelidad, el ego, la avaricia, la indiferencia dañan a la mente y de allí vienen las consecuencias de los delirios y van mermando la salud.

Así como das tu corazón a Dios, dale tu mente. Ambas se necesitan para sentir y pensar en equidad y que las cosas resulten.

Si otros no lo hacen, hazlo tú. Ese es tu granito de arena.

Lcdo. Argenis Serrano - @Monedistech

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