En la película "El
Padrecito" de Cantinflas, él dice estas líneas: "No es el cuerpo
el que muere, es el alma que empieza a vivir". Como católico, la defiendo y, en algún momento
algunos evangélicos de la línea del protestantismo me han llegado a decir que
eso no es así, que en La Biblia lo dice distinto, que no toma vida el
alma. Por ello, busqué material que refrendase y/o desmintiese de manera total
o disgregada a ambas partes o crease puntos de encuentro.
Y desde todo punto de
vista esta es una reflexión o sentencia excelente que toca el núcleo de la
creencia cristiana sobre la vida después de la muerte, y la razón por la que
existen distintas interpretaciones entre católicos y protestantes (y
dentro de los mismos protestantes).
La frase de Cantinflas, "No
es el cuerpo el que muere, es el alma que empieza a vivir",
es una expresión poética y teológica que refleja de manera general la
doctrina católica y gran parte de la protestante tradicional sobre el
estado del alma inmediatamente después de la muerte.
Sin ánimo de sesgos o
beneficiar a un lado por encima del otro, dejo este material que refrenda y/o
desmiente esta idea desde la perspectiva bíblica, buscando también los puntos
de encuentro; quede en cada quien el refutar o apoyar esa inmortal frase del
Cantinflas cuando interpretó al “Padre Sebas”.
Material que refrenda (El alma continúa consciente inmediatamente)
La frase de Cantinflas
está alineada con la creencia en la inmortalidad del alma individual
que, al morir, se separa del cuerpo y entra en un estado consciente de
existencia ("empieza a vivir" plenamente en la presencia de Dios o
separada de Él).
Argumentos bíblicos de la consciencia inmediata:
2 Corintios 5:8 (El
Creyente): El apóstol Pablo dice: "Pero confiamos, y más
quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor." Esto
sugiere que, para el creyente, la muerte del cuerpo es un paso inmediato a la
presencia consciente de Cristo.
Filipenses 1:23 (El Deseo
de Pablo): Pablo expresa: "Porque de ambas cosas estoy
puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual
es muchísimo mejor." Nuevamente, "partir" (morir) se
equipara a un estado de estar activamente "con Cristo".
Lucas 23:43 (El Ladrón en
la Cruz): Jesús le dice al ladrón arrepentido: "De
cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso." La
promesa es de un estado consciente y bendecido el mismo día de la muerte.
La Parábola de Lázaro y
el Rico (Lucas 16:19-31): Aunque es una parábola, describe a
un hombre pobre y uno rico inmediatamente después de la muerte, cada uno en un
lugar consciente, sufriendo o descansando.
Punto de Vista:
La muerte física (el cuerpo muere) es el evento que libera al alma/espíritu
para una existencia consciente y activa en un "estado intermedio"
hasta la resurrección final.
Material que desmiente (La muerte como "sueño" o inconsciencia)
Algunos protestantes,
particularmente grupos como los Adventistas del Séptimo Día o los Testigos
de Jehová, citan versículos que describen la muerte como un
"sueño" o que indican la inconsciencia de los muertos. Argumentan que
el alma no es intrínsecamente inmortal de forma independiente.
Argumentos bíblicos de inconsciencia/sueño:
Juan 11:11-14 (Lázaro):
Jesús se refiere a la muerte de Lázaro como un "sueño": "Nuestro
amigo Lázaro duerme; más voy para despertarle... Jesús decía esto de la muerte
de Lázaro; pero ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño."
Eclesiastés 9:5: "Porque
los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni
tienen más recompensa; porque su memoria es puesta en olvido."
Salmo 146:4: "Pues
sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus
pensamientos."
Ezequiel 18:4: "El
alma que pecare, esa morirá." Esto refuta la noción de la
inmortalidad inherente del alma.
Punto de Vista:
Para estos grupos, la frase de Cantinflas no es exacta porque, al morir, la
persona entra en un estado de inconsciencia total (el alma/espíritu
permanece inactivo) y el "vivir" no comienza sino hasta la
resurrección de los muertos, cuando Dios crea una nueva persona o un cuerpo
nuevo y les devuelve la consciencia.
Puntos de encuentro teológicos, enlazados por el libreto de Cantinflas
A pesar de las
diferencias sobre el estado inmediato (consciente o dormido), ambas
posturas cristianas coinciden en los aspectos más importantes:
La Muerte Física no es el
Final: Ambas partes concuerdan con la idea central de la
frase: el final del cuerpo no es el final de la existencia. La vida continúa a
través del espíritu/alma.
La Esperanza es la
Resurrección del Cuerpo: Tanto católicos como protestantes
esperan la Resurrección Final (como se describe en 1 Corintios 15),
donde el alma se reunirá con un cuerpo glorificado (transformado, como
el de Cristo) para vivir la eternidad. La existencia definitiva y perfecta no
es un espíritu sin cuerpo, sino una persona completa (cuerpo y alma/espíritu).
Victoria sobre la Muerte:
La muerte no tiene la última palabra gracias a Jesús (Juan 11:25-26).
Como podemos ver, la
frase de Cantinflas, "No es el cuerpo el que muere, es el alma que
empieza a vivir", es un resumen teológico válido para quienes creen en
un estado consciente inmediatamente después de la muerte (la mayoría de
católicos y protestantes tradicionales). Sin embargo, es refutada por los
protestantes que interpretan la muerte bíblica como un "sueño" o
inconsciencia total hasta la resurrección.
El punto de encuentro es
que el destino eterno de la persona depende de su fe en vida, y la
esperanza final es la resurrección, donde la persona vivirá en un cuerpo
perfecto.
Y, tengamos presente que,
ante Dios, está la vida eterna. Por lo que, mientras tengamos este cuerpo
físico, debemos cumplir sus mandamientos y hacer méritos de manera natural y
humanista (“amaos los unos a los otros”), para que esa vida perdurable a los
pies del Padre, se dé.
