Virgen del Buen Consejo o Nuestra Señora del Buen Consejo. Esta es su oración más conocida...
Mírame a tus pies, Virgen
bondadosa, para obtener de ti la gracia tan importante de acertar en mi
elección de estado.
No busco otra cosa que
cumplir perfectamente la voluntad de tu Hijo a lo largo de mi vida.
Deseo fervientemente
escoger aquel estado en el que me sienta más feliz en la hora de la muerte.
Madre del buen consejo, haz
que escuche tu voz de tal manera que aleje toda duda de mi mente.
Ya que eres la Madre del
Salvador, también te corresponde ser la madre de mi salvación.
Si tú no me das un rayo
de Sol divino, ¿qué luz podrá iluminarme?
Si tú, Madre de la divina
Sabiduría, no me instruyes, ¿quién será mi maestra?
Si tú no me ayudas en mis
necesidades, ¿de quién puedo esperar ayuda?
(Hacer la petición)
Escucha, pues, ¡oh
María!, mis humildes plegarias.
Ayúdame a vencer mis
dudas y vacilaciones y manténme en el camino recto que conduce a la vida
eterna, pues eres la Madre del Amor hermoso, de la Sabiduría y de la santa
esperanza, en quien se encuentran los frutos del honor y la santidad.
Rezar Padre Nuestro, Ave María y Gloria.