Padre lleno de misericordia, yo sé
que Tú me amas mucho.
Que estás presente en todo lugar; que
estás aquí, dentro de mí, viendo mis más ocultos pensamientos y sentimientos.
Te pido tu Gracia antes, durante y
después hacer este rato de oración, que de mi corazón brota a raudales por ti,
en la franca y humilde espera de que me abras a tu presencia, para conocerme y
conocerte.
Revélame quién soy y qué quieres de
mí, para amarte siempre y hacerte conocer y amar por todos.
Haz que como Santa Teresa de Jesús y
tú, San Enrique de Ossó me comprometa contigo en la construcción del Reino aquí
en la Tierra.
Brindando educación, cultura y
mejores momentos a quienes lo requieren y seamos todos en armonía, fruto
productivo para la sociedad.
Que estemos calmos ante la
adversidad y seamos resilientes ante los embates de la vida misma, para así
despertar al entorno y éste a su vez a otros, en pro de un mundo de bienaventuranza,
mejor actuar, menos mentira y más aprender y lo aprendido, profesar y
practicar.
Amén.
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