Milagroso médico, prodigioso Anacoreta y gloriosísimo
mártir San Ciro, pues acciones tan
gloriosas dan eficacia a tu protección y patrocinio; que ninguno ha ocurrido
con confianza a tu amparo sin que experimente el feliz logro de sus peticiones:
alcánzame, Santo mío, pues con confianza recurro a tus aras, una ardiente y
fina caridad para con Dios y que una fervorosa devoción a ti mismo para que
imitando tus excelentes virtudes merezca tu intercesión y amparo, conseguir la perfección
que me eleve a las moradas eternas de la gloria para dar en tu compañía repetidas
gracias a la Augustísima Trinidad por los dones con que liberalmente enriqueció
tu celestial espíritu. Amén
Se rezan tres Padrenuestro y tres Ave María con Gloria Patri en reverencia de los tres atributos: médico, anacoreta y mártir, que Dios nuestro Señor concedió a San Ciro y se termina con una Salve a Nuestra Señora la Virgen María.
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