Las sátiras de Juvenal nos trajeron una frase que de una u otra forma hemos dicho o puesto en práctica para nuestro mejoramiento: Orandum est ut sit mens sana in corpore sano (Oremos para que se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano).
De
esta manera hasta los ateos o anti religión, por igual cuidan el templo sagrado
que es el cuerpo y el castillo donde nacen las ideas que es la mente.
Cuando
ambos están en equilibrio y han sido bien enfocados por entornos de bien o
rescatados de las sendas del mal, van creando en las personas sanidad propia y
mejorado su instinto natural de supervivencia para así mantenerse.
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