domingo

Quizá NO estamos Orándole bien a Dios


A Dios se le pide justicia, no que ajusticie.


A Dios se le solicita salud, pero es más sano solicitársela por y para todos. Hacer ese bien, sin mirar a quién.

En una conversación con Dios, a pesar de las tristezas, cuitas y hasta malhumor, se le solicita con firmeza pero sin ego, la bendición y concesión de lo que necesitas, que está más allá de lo que deseas.

Recuerda que sí le pidieras a Dios lo que quisieras, Él tendría que hacer lo mismo por todos los demás y allí comenzaría la anarquía y hasta la destrucción. Y nuestro Padre Celestial no quiere ello para sus hijos.

Pide previo a tus oraciones y aprendidas y a las que improvises, decir y pedir lo correcto. Y como adelanto te digo que lo correcto es pedir por y para todos. Dios sabe qué necesitas y mereces. Tus acciones te preceden, tu bondad y arrepentimiento asumiendo no repitiendo tus errores y cuidándote de nuevos con espontaneidad, lo compensa Dios. Esa es su bondad y gracia.

Sobre Venezuela
Hemos visto que tantas peticiones a Dios no pasan de la alarma, la decepción, la frustración y la sorpresa de que quienes detentan el poder o de quienes tienen algo de dinero y lo ven como poder absoluto o sí tienen bienes o fuerza física, la utilizan para dominar. Dios no acepta la dominación del hombre, por el hombre y lo castiga.

Pero son nuestras peticiones, oraciones, acciones, cantos del corazón y solicitudes claras y justas las que hacen al Señor cumplir su voluntad y acercarse en su total conocimiento a la resolución de nuestros problemas. Él no hace magia, Él es todo el Poder y toda la Gloria.

Por ello debemos solicitarle en nuestras oraciones ya bien aprendidas como el Padre Nuestro, el que Jesús nos enseñó, que haga su voluntad y que en el caso de nuestro país, sea hacer pagar a quienes usan el poder para dominar al hombre, sea éste dizque poder el dinero, la política, la prensa, las armas, la palabra supuestamente dulce y que es veneno; para que Dios actúe, debemos también perdonar a quien nos ofende, en especial sí esa persona está arrepentida o no está en el manejo de sus acciones por estar atrapado en una causa llena de oprobio, bajo el veneno de la palabra, de las promesas, de los regalos fatuos, de una esperanza que se hace más lejana y que él la ve como un espejismo por los hijos del demonio.

Solicitemos a Dios que ilumine las mentes de quienes quieran el bien para que sus acciones y palabras sean para mejor y encuentren en las almas engañadas, enturbiadas, desoladas, confundidas o resignadas, un asidero que las encienda en pro de la equidad y así crear líneas de encuentro entre nosotros.

Vamos a rezar con fe y en una línea vertical, algo así (sugerencia que pueden reenviar), diciéndolo previo o posterior a sus oraciones diarias, con fe, esperanza y alma de caridad. Ésta oración la pueden decir en cualquier religión y hasta los iconoclastas o ateos, porque nos une:

“Venezuela no merece hambre, enfermedad, disgusto ni atraso; a quienes hacen mal, queden sin poder y paguen ante las leyes de los hombres y del Infinito; a quienes hacen bien, más chance de dar más. Que el beneficio del Poder Absoluto esté para bien de todos por igual. Así sea”.

Debemos orar más y mejor, Dios escuchó al pueblo de Israel y lo liberó. A naciones que han orado antes de cualquier locura de guerra también, ha destronado a todo aquél que se alza en el Poder contra el pueblo y usa los recursos del maligno, siempre que el Pueblo de Dios lo ha pedido con vehemencia, humanidad, coherencia, honestidad, firmeza y en comunión.

PERO DEBEMOS ACTUAR EN PARALELO, SIN ALEJAR AL QUE SE REDIME Y ACERCANDO AL QUE SIGUE ENGAÑADO. SUMAR EL BIEN ES LA CLAVE EN LA RELACIÓN CON DIOS.

Repito, no pidas a Dios que ajusticie ni dudes de Él porque así lo pediste. Pide a Dios de su Justicia y la verás.


Lcdo. Argenis Serrano - Twitter: @Romantistech

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